Adiós a Félix Grande, poeta y flamencólogo

El polifacético poeta Félix Grande, una de las voces más importantes de finales del siglo XX, ha fallecido hoy jueves en Madrid a los 76 años. Narrador, ensayista y flamencólogo, Grande ha muerto a consecuencia de un cáncer de páncreas. Sus restos mortales se encuentran en el madrileño tanatorio de San Isidro.

Nacido en Mérida (Badajoz) en plena guerra civil en 1937, desde los dos años hasta los veinte vivió en Tomelloso (Ciudad Real), donde será enterrado mañana.

Félix Grande estaba considerado como uno de los grandes renovadores de la poesía y un experto en flamenco, miembro de la Cátedra de Flamencología y estudios folclóricos. Recibió el Premio Nacional de las Letras (2004), el Premio Nacional de Flamencología (1980) y el Premio Nacional de Poesía (1978).

De pastor a poeta

"El lenguaje es mi patria", solía decir Grande que en su adolescencia fue pastor de cabras junto a su abuelo. De esa experiencia surgió su  libro 'La balada del abuelo Palanca' (2003). Entre otros libros de narrativa destacan 'Parábolas' (1975), 'Lugar siniestro en este mundo, caballeros' (1980) y 'Sobre el amor y la separación' (1996).  

Admirador de Antonio Machado, Luis Rosales y Federico García Lorca, Grande obtuvo su primer premio, el Adonáis en 1963, por 'Las piedras'. En 1965, logró el Premi Eugeni d'Ors por su novela corta 'Las calles'.

Poesía y prosa

'Las rubáiyatas de Horacio Martín' fue galardonado con el Nacional de Poesía en 1978. A partir de entonces se centró en escribir prosa y se volcó en libros sobre flamenco. La música y el flamenco en particular fueron sus otras pasiones. Grande, que fue letrista y tocaba la guitarra, escribió entre otros 'García Lora y el flamenco' (1992), 'Memoria del flamenco' (1995) y 'Paco de Lucía y Camarón de la Isla' (2000). 

En 2010 rompió su silencio poético tras incorpar su nuevo poema 'La cabellera de la Shoá' en su antología 'Biogrfafía'. Meses después publicó 'Libro de familia', con poemas centrados en los pilares básicos de su vida.

Casado con la también poeta Francisca Aguirre, tenían una hija Guadalupe, que ha seguido los pasos de sus padres y también escribe versos.