LANZAMIENTO

Javier Limón reúne a 12 voces femeninas en un ambicioso cedé

El guitarrista, compositor y productor Javier Limón, en una imagen promocional.

El guitarrista, compositor y productor Javier Limón, en una imagen promocional.

NÚRIA MARTORELL / Barcelona

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El siempre inquieto Javier Limón sigue exprimiendo su creatividad. Y continúa rodeándose de voces y músicos capaces de elevar sus creaciones a niveles insospechados. Para su último lanzamiento discográfico ha reclutado a 12 voces femeninas de distintas procedencias y estilos (Concha Buika, Mariza, Estrella Morente, Yasmin Levy, Carmen Linares, Aynur Dogan, Elefteria Arvanitaki…) ¿Estamos ante un caso de discriminación positiva? «Por un lado, siempre he trabajado con mujeres más que con hombres, artística y personalmente. Mi hermana es la ingeniera de sonido de mi estudio, mi mujer es la que edita… pero no es rollito harén, ¿eh? Simplemente ocurrió así, de modo que tendré que buscar a un psicoanalista para que analice el por qué», bromea el guitarrista, compositor y productor.

En Mujeres de agua, su nuevo disco, hay varias piezas de su autoría así como canciones tradicionales mecidas por el mediterráneo y versionadas por él mismo. «El mar es el mismo repetido/ solo cambia el puerto/ y su beso con el río/ vete al mar/ la boquita del mundo», canta flamenca La Susi en ¡Las caritas desnudas! Todo el repertorio está impregnado de jondura y compromiso. Y en la carátula, precisamente junto a esta letra, Limón pide: «Quiero ver las caras, quiero verlas a todas sonreír; llorar, susurrar, gritar y sobre todo cantar ¡a todas!»

Y es que el disco está dedicado a una cantante iraní que finalmente no pudo participar en el álbum. «Irán es donde mejor se canta en el mundo. Hay una tradición importantísima y tienen una increíble técnica vocal, pero legalmente las mujeres tienen prohibido cantar en público», se lamenta. «Es como si aquí a una mujer le dijeran que no puede sonreír. O que no puede correr, solo andar».

Fue sacar Mujeres de Agua y el disco se colocó directamente al número uno en la lista de descargas digitales de Itunes. «Qué orgullo. Pienso que el flamenco y la música en general necesita una revolución. Ha habido mucha fusión con la bossanova, el latin jazz, la música afrocubana, pero ahora hay que girar al Este y rescatar músicas de hace 4.000 años como la hindú. El músico occidental tiene que aprender de la riqueza expresiva de la oriental. Nosotros tenemos 12 notas y ellos más de 30, con sus notas decimales, lo que enriquece y de qué manera sus melodías».

En su álbum conviven fados, coplas por bulerías, soniquetes del Kurdistán, pasodobles turcos... Pero el descubrimiento, quizás, es el de la onubense Sandra Carrasco, con La calle del Olivar, una joven cantaora que prepara su disco de debut de la mano de Limón.

PROFESOR EN BOSTON / Limón compagina sus facetas creativas con la de profesor. Está enseñando flamenco en el Berklee College de Boston, «fruto del que acuerdo que hay entre España y Estados Unidos para intercambiar conocimientos de jondo y jazz. Mi idea -añade- es irme a vivir a Boston para siempre. De hecho, me gustan los Celtics».

Y también al otro lado del Atlántico acaba de arrasar su Concha Buika (además de escribirle algunas de sus piezas, Limón es su gran mentor). La cantante ha cosechado inmejorables críticas en las 21 ciudades en las que ha actuado de Estados Unidos y acaba de ganar un Grammy Latino por el disco que él le produjo (El último trago). «¿Y sabes que ha grabado dos temazos para la nueva película de Pedro Almodóvar? Canta dos canciones en una boda en un pazo gallego de los años 80 e invita a Antonio Banderas a subir con ella al escenario -adelanta, feliz-. Pero Concha estaba tan nerviosa, que Pedro le soltó 'Bonita, la timidez está muy bien, pero la alegría también'».