Kiko Veneno y Martín Buscaglia: cruce de músicas

El cantautor sevillano y el músico uruguayo inician la gira española del disco 'El Pimiento Indomable' en el Auditori

NÚRIA MARTORELL/ BARCELONA

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Cuando Kiko Veneno le entregó la siguiente letra a Martín Buscaglia,  «la música salió fluida, como un chorro», rememora el cantautor uruguayo: «Cuando el político hace una encuesta para saber el discurso que funciona… / Cuando el juez es sospechoso habitual y el deportista necesita las drogas,/ cuando el taxista pregunta cómo se va…/ cuando dios firma los billetes de dólar...». 'Cuando' es el título de esta pieza (la que interpretan en acústico para Música Directa). Y una de las joyas del 'El Pimiento Indomable'. Un disco grabado en Montevideo y mezclado en Los Ángeles, que por fin cuenta con una gira por España. La primera actuación será el jueves en el Auditori de Barcelona. La han concebido como un estimulante mano a mano, a diferencia de los directos con banda que ofrecieron en Latinoamérica.

«Las notas salieron sin pensar. La música es también preparar un terreno, atraparte en ti mismo... La dinámica de todas las canciones fue la misma. El planteamiento nunca fue: me voy a sentar y componer. Puede que funcione, pero normalmente es al revés: llega el momento, la magia... y te sientas. Y te sale», sigue relatando Buscaglia.

ENCUENTRO TRANSATLÁNTICO

El cruce transoceánico de estos dos indomables autores «amb dos pebrots», bromea Veneno en catalán (que por algo nació en Figueres), ha dejado una sabrosa cosecha de 12 piezas con el ADN de cada uno de ellos. Veneno lleva desde los tumultuosos años 70 enseñando sobre revolución, amor, humor y melancolía con su personal fusión de rock, flamenco, rumba y pop, por nombrar algunos de los ritmos que pregona. Buscaglia «es un hombre orquesta», describe Veneno. Domina la guitarra, los samplers..., el funk, el candombé, las cumbias, la canción de vanguardia...

Sus letras conjuntas hablan de lo terrenal y de lo sublime; de lo individual y de lo universal. Se ponen espirituales en 'Año nuevo'. Se atreven con el tropicalismo en 'Oye Paco'. Y mezclan sin prejuicios la rumba y la milonga en 'Sagrado Salado'.

¿Cómo nació el amor entre ustedes? «Pues fíjate que tenemos hasta tres canciones de amor -responde Veneno-. La número uno es precisamente 'Sagrado Salado'». «¡Tan érótica!; ¡Tan carnal!», ríe Buscaglia. La segunda es 'Dos de locos'. Y la tercera, 'América es tan grande'. Una romántica historia con aires de rumba criolla y con la voz de Jackson Browne. El flechazo literal de los cantantes se filma incluso en el videoclip de este tema dirigido por otro íntimo cómplice de Veneno, Albert Pla.

TIROS, FLECHAS Y MUCHA SANGRE

Un clip sin desperdicio, con el propio Pla de personaje central y cameos de Refree, Diego Cortés, Enric Pedascoll (el fundador de la discográfica Satélite K), y el mismísmimo cineasta Isaki Lacuesta. «Las canciones adquieren vida propia. Una pieza es tantas cosas como gente la escucha -asegura el cantautor uruguayo-. A veces piensas que tiene un sentido pero la gente le da otro. Y con Pla como realizador...». «Eso parece ya Sierra Leona», acaba Veneno la frase. «Pla es una de las personas con más talento de este país, y lo demuestra en sus múltiples facetas. Se podía esperar algo brillante de él, una mirada diferente... Pero su talento visual ha quedado todavía más claro», añade el indómito sevillano.

«Cuando me envió el videoclip lo vi cuatro veces seguidas. Y ya no lo he vuelto a ver -ríe-. Filma una historia totalmente separada, pero al final hay como una unidad extraña aunque las imágenes no muestren lo que narra la letra. ¡Estas son las cosas misteriosas y maravillosas del arte!», exclama. En la sangrienta visión de Pla, «hay violencia y comedia a la vez. América es el lugar que tiene las pistolas más grandes. El que la tiene más grande triunfa... Y su suelo está lleno de muertos».

«Cuando llegaron los ingleses, acabaron con los indios americanos. Y esto también se refleja en la cinta. Al final es como una película del Oeste. Unos matan a otros. No niega la poesía y la ternura que intenta tener la canción. Pero la confronta. La contrasta en otro campo en la que suceden otras cosas», explica José María López Sanfeliu (así figura Kiko Veneno en su DNI).

CULTIVO LÓGICO

El cultivo de 'El Pimiento Indomable' no fue premeditado. «Nuestra relación se dio como luego fructificaron las canciones. No fue nada planeado. No fue pensar, ¿con quién puedo hacer un disco para darme a conocer en el otro continente? Fluyó solo. Como cuando te haces amigo de alguien. O eliges una novia. Ha de haber feeling. Las cosas avanzan. Y no tienes ni por qué preguntarte nada», comenta Buscaglia.

«Como yo soy mayor y he estudiado Historia, aunque no mucha, sé que se te deforman las ideas», le replica Veneno. «Cuando te conocí te hablé de hacer un disco americano. Quería tener mi modelo Calamaro, con discos en España y en Argentina. No recuerdo si esta idea la tenía ya de antes o surgió entonces. Soy muy fetichista de los americanos. Un país mítico. ¡Todo es más grande!», subraya, como en su canción.

Buscaglia sabe que «Kiko Veneno es todo un maestro. Siempre suma. Aporta. Es una enseñanza permanente, sin sentar cátedra». El autor de 'Échate un cantecito' le responde a los piropos. «De Martín admiro su increíble habilidad rítmica; su gran inteligencia musical. Lo más importante es tener un pensamiento, una coincidencia sentimental. Los músicos en general si uno hace un acorde pues el otro hace otro, y listo. En este caso, no. El del otro hace que todo sea más grande». En clave culinaria, se trata de eso de «¿cueces o enriqueces?».