'La Roja', entre dos almas

En la derrota ante Suiza en el Mundial de Sudáfrica, hace ya cuatro años, Vicente del Bosque fortaleció aún más su idea futbolística. Señalado Sergio Busquets --un novato entonces en la selección-- como prescindible por muchos aficionados, el técnico lanzó aquella frase que se hizo histórica. "Si fuera futbolista, me gustaría ser Busquets". 

Ahora, tras la humillante derrota ante Holanda (1-5) en el debut de 'la Roja' en el Mundial de Brasil, no quiere "reencarnarse en nadie más", porque Busquets, un centrocampista de clase mundial, se defiende solo. Pero el debate abierto entonces continúa: el toque o la verticalidad, la paciencia o el vértigo. Entre esas dos almas, contradictorias y a la vez complementarias, anda ahora España, obligada a ganar a Chile este miércoles en Maracaná para tener aún aliento.

Del Bosque no es hombre de revoluciones. Más bien todo lo contrario. Es un técnico sosegado, que desde la "desazón" --esa es la palabra  que empleó para describir sus sensaciones tras el fisco de Salvador de Bahía-- vive con calma el alboroto que hay en torno al equipo. Mira el paisaje, observa con pausa y va a tomar decisiones, como ya advirtió, pero sin "precipitarse". Tras caer ante Suiza, solo hizo dos cambios en el once inicial, y ganó a Honduras (2-0). Entró Navas por Silva y Torres por Iniesta, pero en este caso obligado por la lesión muscular que padeció el centrocampista azulgrana. Ahora sigue tomándose su tiempo.

Ganar "de otras maneras"

"Somos una selección que desde hace muchos años sabe a lo que juega, pero el fútbol no es único", comentó Cesc el domingo, alineándose sobre el estilo más vertical, más directo, que él, entre otros jugadores, representa. "Se puede ganar de otras maneras", proclamó el ya nuevo centrocampistadel Chelsea. "Hay momentos en la vida en los que hay que ir a atacar, salir a ganar, tenemos que ser valientes", reiteró, sin pedir a Del Bosque haga cambios, sino que la actitud de España sea ambiciosa ante Chile.

El toque, la bandera de la selección más grande nunca vista en el fútbol (un Mundial y dos Eurocopas), debe ser la brújula, como sostienen la mayoría de los jugadores, sin olvidar otros matices. "Es posible que tengamos que arriesgar un poco más, pero debemos ser inteligentes y no caer en las facilidades que nos pueda dr Chile", advirtió Xabi Alonso, no tan radical en la defensa del juego directo, pero sí comprensivo con esa nueva vía. "Debemos controlar el partido sin renunciar buscar más verticalidad".

Así anda España, navegando entre dos almas, camino del templo de Maracaná, donde el miércoles se juega la vida en el Mundial.