Mercedes hará pagar a Hamilton el destrozo de la habitación

Lauda revela que el piloto inglés la emprendió a golpes en el 'hospitality' tras errar en la clasificación de Bakú

Hamilton deberá pagar los desperfectos del 'hospitality'.

Hamilton deberá pagar los desperfectos del 'hospitality'. / ANDREJ ISAKOVIC

MIGUEL MARTÍNEZ / OVIEDO

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Por un momento, por un día, reapareció aquel Lewis Hamilton del 2011, aquel tipo frágil de concentración, peleado con su padre y con su novia, sin rumbo en la vida y sin concentración en la pista, superado una y otra vez por su compañero -en aquel entonces el también británico Jenson Button- y camino de continuas reuniones con los comisarios deportivos por incidentes en pista una carrera sí y otra también. Fue el sábado de la clasificación del Gran Premio de Europa en Bakú. Hamilton no completó ni una sola vuelta buena, se pasó de frenada en todas, y acabó golpeando el muro, mientras Nico Rosberg, su compañero y rival al título, lograba la 'pole position'. No encontró nunca el 'feeling' con el coche y la pista, y cuando llegó al 'hospitality' destrozó su habitación a golpes.

UNA AMISTAD INEXISTENTE

Así lo acaba de reconocer el tricampeón austriaco Niki Lauda, uno de los jefes de Mercedes, al canal de televisión Servus, de Red Bull. “Hamilton lo hizo porque había chocado. Tendrá que pagar los daños, te lo puedo asegurar. Me dijo que no entrase porque iba a romperlo todo y así fue”. Destrozó completamente su habitación en el 'hospitality', enojado por sus errores en la pista, rabiado por la 'pole' de su compañero, con el que decía, mantenía una relación de amistad, tras la crisis por el choque de Barcelona, tres carreras atrás.

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“Las cosas con Nico están muy bien, realmente”, dijo Hamilton. “Están muy, muy bien, sorprendentemente, nunca lo hubiera esperado. Supongo que es algo que tiene que ver con la edad. Él es un hombre de familia, ha tenido una niña y, probablemente, ese proceso le ha hecho crecer al igual que el paso de los años me ha hecho crecer a mi. El respeto que siempre nos hemos tenido es ahora mayor que nunca”, explicaba Hamilton en casi cada comparecencia ante los medios. 

"Lewis mintió, así de simple" , corroboró Lauda,  “simplemente lo dijo porque quería suavizar las cosas y tener paz el pasado fin de semana. Hizo lo que pudo, pero la pelea se vuelve más caliente cuando Nico está delante”.

HAMILTON, UN MITO PARA ECCLESTONE

Hamilton es así, capaz de los mejor y de lo peor, uno que no soporta que le toquen ni para colocarle un micrófono o para hacerse una foto, un muchacho en el que, a veces, aflora un adolescente. Su ajetreada vida social, esa que tanto a gusta Berni Ecclestone ("es el mejor campeón que podíamos tener: su popularidad va mucho más allá de la F-1", dice el patrón), da para mucho. Hace ya cinco años que la policía de Melbourne le detuvo y confiscó su coche cuando el inglés realizaba unos 'ceros' en un aparcamiento. Este año, justo antes de la primera carrera en Australia, la policía neozelandesa le investigó tras colgar un vídeo en el que se grabó con su teléfono móvil mientras conducía una motocicleta.

Hace algo más de un año, Hamilton empotró su carísimo Pagani Zonda morado (dos millones es de euros) por las calles de Mónaco: “El accidente fue por haber ido mucho de fiesta y no haber descansado durante una semana y media. He estado sin parar, intentando entrenar al mismo tiempo y no dormir demasiado. En general, soy una persona realmente enérgica, pero esa semana después de México y en la fiesta que bebimos mucho”, dijo entonces.

DUELO EN SILVERSTONE

Montó un pequeño espectáculo cuando no le dejaron entrar en el torneo de Wimbledon si no guardaba cierta etiqueta, y algo parecido repitió a comienzos de esta temporada en el Sky Casino de Auckland. “Me trataron como a una basura. No me puedo creer lo maleducados que fueron. La peor experiencia en un casino!”, reflejó en su cuenta de twitter después de un altercado sobre la indumentaria.

Este fin de semana se celebra el Gran Premio de Gran Bretaña con todas las miradas centradas en el duelo Hamilton-Rosberg y en la forma en que Mercedes gestionará esa rivalidad tras el accidente entre ambos en la última vuelta del Gran Premio de Austria, el segundo coche entre sus coches tras el de Barcelona. Toto Wolff amenaza con desplegar órdenes de equipo, pero ni siquiera eso parece capaz de enfriar los ánimos.