En Catalunya

Comprar billetes falsos con criptomonedas y colocarlos en el 'súper': suben un 22% las investigaciones por dinero fraudulento

La policía asegura que las copias de billetes son cada vez mejores gracias a las nuevas tecnologías en impresión

Retirados de la circulación 467.000 billetes falsos en Europa durante 2023

Falsificaban billetes de 100 y los colocaban por tiendas de Barcelona

Imagen de dinero falso requisado por Mossos

Imagen de dinero falso requisado por Mossos / El Periódico

Germán González

Germán González

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Según datos del Banco Central Europeo (BCE), el año pasado se retiraron de la circulación un total de 467.000 billetes de euros falsos, lo que supone un 24,2% más que en 2022. Sin embargo, 2023 fue uno de los años más bajos en cuanto a tránsito de moneda falsa en Europa en comparación con otros ejercicios: se detectaron 16 billetes falsos por cada millón auténtico. 

La explicación es que, cada vez más, los pagos se realizan de forma electrónica o con sistemas de móvil a móvil, como el Bizum, por lo que ha descendido el uso del efectivo. Pese a ello, las reproducciones de billetes falsos se han mantenido estables, ya que el dinero no ha dejado de circular, y la policía ha seguido requisando este dinero fraudulento, una labor compleja ante copias cada vez más sofisticadas que permiten eludir la mayoría de controles.

Operaciones policiales

Con esta nueva dificultad se encuentran los agentes de la Unidad Central de Falsificación de Moneda de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d'Esquadra. Reciben todas las denuncias sobre dinero fraudulento y las analizan para determinar las bandas de falsificadores que pueden estar detrás o los que se dedican a colocar la moneda falsa. El año pasado, las investigaciones por delitos relacionados con billetes fraudulentos aumentaron un 22% en Catalunya respecto a 2022. De 2021 a 2022 el incremento fue del 17% y este 2024 ya se han realizado cuatro operaciones importantes de este tipo.

El jefe de la Unidad Central de Falsificación de Moneda, el subinspector Sergi Sánchez, explica que no todas las bandas que distribuyen dinero falso tienen un laboratorio para crear e imprimir, sino que pueden comprar a otras organizaciones criminales este material y lucrarse. "Cuando llega un billete falso al Banco de España se le asigna un número indicativo, denominado 'matrícula', por las características técnicas que presenta para ser fraudulento. Esa numeración va siempre aparejada a la falsificación y, si se detectan más billetes, se asocia a esa 'matrícula' para detectar su procedencia", explica Sánchez.

Difícil de detectar

La 'matrícula' se asocia tanto a billetes como a monedas falsas encontradas, y se informa al Banco Central Europeo para seguir su rastro, ya que el dinero circula libremente. Gracias al número de falsificación asociado, la policía puede vincularlo a una banda o a un falsificador determinado: cuando desarticulan el laboratorio, se pueden saber los millones de euros falsos que producidos.

Los agentes detectan billetes falsos en zonas determinadas y, al tener todos la misma 'matrícula', pueden indagar qué grupo organizado está detrás y qué falsificador ha realizado esas copias. De esta forma investigan, en colaboración con otras policías españolas y europeas, tanto a laboratorios más pequeños –que a partir de una impresora distribuyen billetes por un entorno geográfico más reducidos– como a otros más grandes especializados en falsificaciones, como los que se encuentran en Nápoles o Bulgaria.

Imagen de dinero falso requisado por Mossos

Imagen de dinero falso requisado por Mossos / El Periódico

"Tenemos desde un estafador pequeño en Tarragona que falsifica con una impresora, tras conseguir por internet materiales como papel y tinta similar a los billetes legales, hasta grandes imprentas internacionales que inundan el mercado con millones de euros fraudulentos", destaca Sánchez, quien añade que un laboratorio desmantelado en Alicante utilizaba tecnología Offset para reproducir "muchos billetes" de 500.

Comprar por internet

El jefe de la Unidad Central de Falsificación de Moneda de Mossos también remarca que los falsificadores de estas grandes imprentas no conocen a los distribuidores finales de billetes falsos. Muchas compras se realizan por internet o por aplicaciones de telefonía, a través de grupos de Telegram por ejemplo, o redes sociales como Instagram. Así, se hace un pedido que se suele pagar en criptomonedas y se recibe el dinero falso en casa. Luego se distribuye en compras no muy grandes, aprovechando supermercados u otros comercios.

Sánchez añade que con la unificación de la moneda en Europa el negocio ilícito de falsificar billetes se ha vuelto más lucrativo y se ha "universalizado". "Antes el billete falsificado por excelencia era el dólar, ya que se aceptaba en la mayoría de países. Claro que había pesetas o francos o liras falsos, pero el dólar siempre estaba. Ahora hay más falsificaciones de euro, ya que se puede pagar con esta moneda en toda Europa. Además, fuera de la zona euro también se pueden cambiar por billetes de ese país".

Además, la aparición del euro hace que los falsificadores puedan imprimir este dinero en cualquier punto, porque se puede distribuir por todos los países. "Antes un falsificador español se centraba en las pesetas, ahora el mismo puede hacer euros falsos para aquí o Italia", ha remarcado Sánchez. En los últimos años, los Mossos han notado más facilidad para encontrar dinero falso por internet o redes sociales, hay más ofertas para comprarlo y luego distribuirlo.

Billetes para películas

Sánchez también alerta de que hay otro tipo de falsificación que cada vez se extiende más. Ha destacado que hay billetes que son similares al euro y que se imprimen para películas o series. No son de uso legal, pero su compra por internet está autorizada. Así, se trata de billetes que tienen unas características técnicas muy similares a los legítimos y que con unas modificaciones en los sistemas de seguridad que tiene cada moneda, como los hologramas, pueden ser usados para compras.

De esta forma, "se consigue de una manera relativamente muy fácil y muy económica un billete falso que se introduce en el mercado", ha destacado el subinspector. En este sentido, el subinspector ha señalado que hay grupos de falsificadores que empiezan colocando pocas cantidades de billetes artesanales, y otros que han creado ellos mismos, a la vez que van mejorando técnicamente la copia para que sea más indetectable: "a la que van ganando dinero, el negocio les renta y la falsificación tiene más calidad, aumenta la distribución".

Los de 20 y 50, los más copiados

Precisamente, esa mejora en la calidad de las impresiones genera una mayor complicación para perseguir las falsificaciones, así como que existan dos series oficiales de billetes de euros, ya que se diversifica sus copias. Los cambios técnicos para impedir el fraude, como colocar hologramas, tampoco han evitado que se sigan falsificando porque hasta se reproducen estas medidas de seguridad.

Sergi Sánchez ha indicado que lo más falsificado son los billetes de 20 y de 50 euros, al ser los más fáciles de colocar en comercios y presentan las mismas dificultades técnicas en el momento de reproducirlos. Sin embargo, ha señalado que con billetes más de más valor el beneficio puede ser más alto. "Un billete de 100 o de 500 para ir a comprar se mirará con lupa, debe ser una buena falsificación, por eso se prefieren usar más pequeños en tiendas en las que hay mucha gente, como colas de supermercados, en los que no se presta demasiada importancia al billete que te dan", explica el subinspector.

Suscríbete para seguir leyendo