La F-1 explota las conversaciones de radio entre piloto y box para incrementar el interés en las carreras

Un día después del GP de Malasia solo se habla de la polémica engendrada por las conversaciones entre los chicos de Red Bull Vettel y Webber

Vettel (izquierda) adelanta a Webber, el domingo en Sepang, desobedeciendo las órdenes de equipo.

Vettel (izquierda) adelanta a Webber, el domingo en Sepang, desobedeciendo las órdenes de equipo. / DA sam

MIGUEL MARTÍNEZ / Oviedo

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Es una mente clarividente. A sus 81 años, Bernie Ecclestone, una de las mayores fortunas de Gran Bretaña, se estruja su diabólico cerebro para que su gran negocio, su pasión, la F-1, crezca como espectáculo.

Sabe que necesita de la polémica para que el 'Circo' siga presente en los medios. "Los campeones de ahora dan menos juego", dice decepcionado. Añora las polémicas que generaban Alain Prost, Ayrton Senna, Gilles Villeneuve, Nelson Piquet... O su adorado Eddy Irvine, un tipo mucho más rápido con la lengua que con las manos.

Y ha encontrado en la radio, en las comunicaciones piloto-box, un filón para azuzar a los pilotos, a los jefes, para involucrar a los aficionados en la toma de decisiones.

Un día después del GP de Malasia, nadie se acuerda de la lluvia, del toque de Alonso, del desastre de McLaren. Solo se habla de la polémica engendrada por las conversaciones entre los chicos de Red Bull o los de Mercedes.

>> Lea la información completa sobre las conversaciones piloto-box de la F-1 en e-Periódico.