El Mundial de motociclismo

Todos contra Márquez

El Circuit de Catalunya se convierte en el 'liceo' del motociclismo con un GP en el que puede ganar cualquiera

Márquez firma autógrafos a decenas de aficionados en el Circuit de Catalunya.

Márquez firma autógrafos a decenas de aficionados en el Circuit de Catalunya.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
MONTMELÓ

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La chiquillada estaba entusiasmada. Loca. Alegre. Dicharachera y no solo porque se hubiesen salvado, ya casi cerquita de las vacaciones, de un caluroso día de clase. «Cuando vino la F-1, le tocó al cole de Pau Casals venir al Circuit pero, por suerte, a nosotros, que somos del Sant Jordi, también de Montmeló, nos ha tocado venir a las motos. Así podemos vitorear a Marc Márquez», decía Ernest, del sexto curso del colegio que fue premiado con una excursión al Circuit de Catalunya.

La chiquillada, que no pudo bajar a la arena, perdón, al asfalto, pues tiene su peligro, pasó su buen cuarto de hora aposentada, pacientemente, en el primer anfiteatro de Montmeló, hasta ver aparecer a su ídolo, que les dedicó más de una sonrisa, decenas de saludos y casi cientos de besos al aire, que todos y todas supieron que eran para ellos.

UN TRAZADO DIFÍCIL / «Está mal que lo diga, muy mal, pero este circuito no acaba de entrarme, no es de mis favoritos, me cuesta, me cuesta mucho, pero la afición, la gente, los fans van a conseguir que acabe gustándome y seguro que me sale una gran carrera», dijo. El griterío a favor de Márquez se tradujo, de nuevo, en rivalidad, competencia, persecución, marcaje, mucho marcaje, sobre el asfalto. Nadie, ni Jorge Lorenzo, ni Dani Pedrosa, ni Valentino Rossi, ni los hermanos Espargaró, ni siquiera Brandley Smith, el alumno del mítico Randy Mamola, cuatro veces subcampeón del mundo de 500cc, ni Stefan Bradl, quiere que el tricampeón de Cervera repita victoria y sume a las seis anteriores (Catar, Argentina, EEUU, Jerez, Le Mans y Mugello) una que aprecia sobremanera, la de Catalunya, que teme que se le resista como se le resistió en Moto2, pues solo ha ganado aquí en 125cc.

Montmeló, el Circuit, Barcelona, Catalunya, con un montón de estrellas Michelin a su alrededor, con sol (dicen que se acerca una tormenta, ¡ojalá no!), playas y vida por todos los rincones, se ha convertido ya en una referencia para el mundo de las dos ruedas. Si la meca es Jerez y el trazado holandés de Assen la catedral, Barcelona, cual Camp Nou, empieza a ser el liceo de las motos, puro lujo y, sobre todo, un trazado que tiene de todo y complicado, con su gran recta («con el calor que hace, te abrasas metido en la cúpula», cuenta Lorenzo), sus curvas veloces, su preciosa entrada en el estadio («un lugar ideal para adelantar», cuenta Márquez) y una curva final de entrada en meta en la que solo se atreven los inmensos como Rossi.

MILES DE AFICIONADOS / No habrá carrera fácil y los motards, que el año pasado superaron los 91.000 espectadores, los saben. Contrariamente a lo ocurrido hace algunas semanas con los monoplazas, cuando el escandaloso dominio de los Mercedes dejó a muchos miles de aficionados en casa, sabedores de que iba a ganar, con ventaja, con la gorra, uno de ellos (fue Lewis Hamilton, pero pudo ser Nico Rosberg), los aficionados a las dos ruedas pudieron comprobar ayer que la competencia en este Mundial, no importa la categoría, es impresionante.

«Solo es viernes, pero la cosa se ha puesto muy emocionante», explicaba Aleix Espargaró, que logró el mejor tiempo (1.41.672 minutos) con su neumático de calificación especial. «Esto no ha hecho más que empezar y todos tenemos muy buenas vibraciones», añadió Pedrosa. Entre el mayor de los ídolos de Granollers y el eterno candidato al título de la categoría reina hay nueve puestos y solo un segundo, ni llega, de diferencia.

TRES PARRILLAS EN UN PUÑO / Nueve entre los reyes, que persiguen a Márquez, que marcan a Márquez, que quieren anular a Márquez, y toda una jauría detrás de su mejor amigo, Tito Rabat, que se distanció de sus rivales en más de medio segundo, en 0.746 segundos. Pero ¿quieren saber lo mejor? Entre el segundo de Moto2 (Jonas Folger) y el 23º (Axel Pons) hay menos de un segundo. Y, en Moto3, 16 pilotos, desde el finlandés Niklas Ajo al italiano Francesco Bagnaia, 0.920 segundos.

Es evidente que hoy (y mañana) puede pasar de todo. Ya ni les cuento si San Pedro se apunta a la fiesta. Habrá ballet en el liceo.