Márquez apaliza a sus rivales en Aragón

Tú puedes ir a cuantas conferencias de prensa, citas, entrevistas, programas de televisión y tertulias que quieras, en el Mundial de MotoGP. A cualquiera. Pero, sobre todo, cuando acudas a la charla de Valentino Rossi, nueves veces campeón del mundo, 114 victorias en 343 grandes premios (casi mejor: 218 podios en 343 carreras), 20 años en el Mundial, préstale la atención debida, tiene el móvil de Dios. «Seamos realistas», dijo ayer el Doctor, «pensar en ganar a Márquez mañana (por hoy), no digo que sea imposible, pero sería un milagro, sí, un milagro».

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Hay días, sí, que Rossi habla en plan estratégico (más cuando se refiere a Jorge Lorenzo y trata de comerle el coco, que cuando habla de Márquez), pero esta vez lo decía «con los datos en la mano». Y, sí, con los números (perdón, los tiempos, los cronos, las vueltas rápidas) de Márquez en la mano, el nen de Cervera, líder del Mundial de MotoGP con 43 puntos más que Vale y 61 más que Lorenzo, es favorito a la victoria. «Le he visto en el último entrenamiento y tiene un ritmo tremendo, brutal. Vamos a tener que pensar algo muy especial y estarnos hasta la noche dándole vueltas a la puesta apunto de la moto o no podremos, ni siquiera, presentarle batalla», dijo Maverick Viñales, segundo en la parrilla ¡a más de medio segundo de Márquez!

Miremos los papeles de los que hablaba Rossi. De las siete vueltas que dio cada uno de los favoritos en el entrenamiento decisivo, es decir, en la calificación, los tres mejores giros, ¡los tres!, fueron de Márquez. Eso no ha ocurrido nunca. Marc logró la pole (1.47.117), pero es que también hizo el segundo mejor crono (1.47.158) y, encima, hasta el tercero: 1.47.344. Luego, ya muy lejos, a más de medio segundo, estuvo el 1.47.748 de Viñales. Y también el desesperado 1.47.778 de Lorenzo; y el lento 1.47.819 de Andrea Dovizioso (Ducati)…..y ya no digamos el 1.47.951 de Rossi (a casi un segundo de Marc, de ahí «el milagro») o el 1.48.017 de Dani Pedrosa (Honda), que tuvo la desgracia de caerse.

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Pero, así como Rossi siempre da sentencias sinceras, muy pensadas, Márquez también suele decir la verdad. Vamos, lo que piensa de corazón. Por ejemplo, le quitó hierro a su lesión en el hombro derecho. Pero dijo que «he tenido varios sábados tan estupendos como este aquí, en Aragón, y, luego, el domingo no han sido nada buenos». Pero, sí, se ve con ritmo (ven, aquí aparece la observación de Viñales, que lo ha visto veloz en el FP4, el último ensayo largo antes de la quali) y con mucha necesidad de victoria: hace cuatro grandes premios que no gana. Y es el líder. Y quiere ser aún más líder, antes de dar el salto al triplete decisivo: Japón, Australia y Malasia.