Gente corriente

Marina Rodríguez: "'¡De mayor seré bióloga marina!', dije con 3 años"

La niña del mar. A sus 11 años investiga, da charlas y denuncia el cautiverio de orcas y delfines

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GEMMA TRAMULLAS

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Estando su madre embarazada, un viejo marinero vaticinó que alumbraría «una niña del mar», y cuando la niña vio la luz su padre insistió en llamarla Marina, como la abuela. Como si estuviera predestinada, esta alumna de sexto de primaria de la escuela Els Convents de Martorell se ha convertido en una excepcional oradora y una activista precoz contra el cautiverio de orcas y delfines. Su habitación, de color azul, está poblada de fotos, peluches, pósteres, libros y cuadros de animales marinos pintados por ella.

-[Lleva una camiseta contra la reclusión de las orcas] ¡Chula, la camiseta! El logo lo hemos hecho mi madre y yo. Le dije que dibujara la aleta dorsal curvada porque es lo que les pasa a los machos en cautividad; en cambio en libertad la tienen recta.

-Eres una enciclopedia con patas. Eso dicen. Todo empezó cuando tenía 3 años. Mi madre estaba viendo un documental sobre unos científicos que sacaban tiburones del agua; los reconocían, los fichaban y los devolvían al mar. «¿Cómo se llaman estos señores?», le pregunté. Ella me contestó que eran biólogos marinos. «¡Pues yo de mayor seré bióloga marina!», exclamé.

-¡Eso sí es una vocación precoz! Me fui interesando por los cetáceos, pero no sabía que sufrían en cautividad. Hasta que fuimos al Oceanográfico de Valencia.

-¿Qué pasó allí? Tenía 6 años y al llegar al estanque de las belugas -que son unos cetáceos muy particulares sin aleta dorsal- las vi nadando en círculos en un espacio pequeño. Parecían tristes. Luego vi una morsa que todo el rato se golpeaba en el mismo punto del cristal. A mi madre y a mí nos entraron ganas de llorar.

-Y te pusiste a investigar. Yo había tenido como mascota un pececito, la carpa Pepe. ¿Pero qué hace una orca de 10 metros en un estanque? Es la especie más grande entre los delfines marinos y para mí la que sufre más. Son muy inteligentes y familiares, y se usan para hacer espectáculos.

-Parece que esto está cambiando. El famoso parque acuático SeaWorld eliminará los espectáculos con orcas. Me alegro, pero no me fío. Dicen que no harán espectáculos del tipo circo y que harán algo educativo. Pero continuarán con la cautividad, ¿no? Cuando juntan a diferentes orcas en un mismo tanque no se pueden comunicar, porque cada grupo familiar tiene su propio lenguaje. Es como juntar en un lavabo a un chino, un japonés y un alemán. ¡Nunca se van a entender!

-También el Zoo de Barcelona ha cancelado los espectáculos con delfines. ¿Y qué será de los delfines que siguen allí? Si estos espectáculos se están terminando, ¿por qué en Lanzarote están construyendo un delfinario? ¿No es una contradicción?

-Aún no tienes edad para las redes sociales, pero ya has dado una conferencia. Quiero concienciar a las personas para que no vayan a los delfinarios. Si la gente no va, dejarán de existir. Si alguien tiene muchas ganas de conocer de cerca a estos animales, es fácil verlos nadando en libertad. Palabra de Marina.

-¿Tú los has visto? He estado en el estrecho de Gibraltar, donde vi hasta 12 grupos de orcas. Y también estuve en las Azores. Íbamos en una pequeña lancha neumática y a 50 metros nadaban ballenas jorobadas y cachalotes. ¡Me sentía tan feliz por ellos! También me sentía superpequeña, inferior; supongo que así es como se sienten ellos en cautiverio.

-No hace falta que te pregunte qué quieres ser de mayor. ¡Cetóloga! En el cole muchos quieren ser veterinarios, actrices, cantantes... cosas más normales entre los niños. Lo mío es un poco más raro.