Los niños y las niñas, unos ciudadanos de primera

Save the Children lidera programas para difundir la opinión de los menores

TIEMPO DE OCIO. Save the Children desarrolla programas para niños en toda España.

TIEMPO DE OCIO. Save the Children desarrolla programas para niños en toda España.

CARME ESCALES / BARCELONA

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Cada generación de niños ofrece a la humanidad la posibilidad de reconstruir al mundo de su ruina». Con estas palabras, una joven británica, Eglantyne Jebb, nacida en 1876 y profesora de primaria, iluminaba, a principios del siglo XX, la importancia, la fuerza y el estímulo que la población infantil supone para su entorno. Ella no tuvo hijos, pero vivió convencida de que cada criatura que nace es sangre nueva para procurar un mundo mejor. Pero, como dijo en estas páginas hace un mes Fina Rubio, presidenta de la Fundació Surt -mujeres que trabajan con y por las mujeres- «nuestras sociedades no tienen en cuenta a las personas hasta que no están en edad de trabajar».

Hasta entonces, acostumbramos a dirigirnos a ellas como: «los ciudadanos del futuro»; «los hombres y mujeres del mañana»; «la semilla de nuestros futuros gobernantes y trabajadores» o «aquellos que deberán pagar nuestras pensiones». Como si se tratase, únicamente, de personas en construcción, y sobre las que se cargan muchas expectativas. Pocos contemplan a los niños y niñas en el presente, sin conectarlos a lo que serán, o aportarán, en un futuro. Eglantyne Jebb sí lo hizo. Fue la activista social que alertó al mundo del papel, la voz y los derechos de los menores, en el hoy y en el aquí. En el mismo nivel de atención que otorgaba a un adulto y a una persona mayor, Jebb situaba también a los niños y a las niñas. Y sobre ellos, encendió un gran foco de luz, una organización llamada Save the Children.

Desde Londres, Jebb sintió el dolor que dejaba la primera guerra mundial, especialmente duro en la piel de niños y niñas que sufrieron el calvario del exilio, las hambrunas y la hostilidad de los campos de refugiados y ciudades devastadas por las batallas. Llevó a las calles londinenses el clamor para dar atención, alimentos y ropa para los menores, y fue detenida por ello. Pero el mismo juez no solo la exculpó, sino que aportó dinero a su propuesta.

Libertad de expresión

Save the Children se adelantó a la Convención de los Derechos del Niño, el tratado internacional de las Naciones Unidas que en 1989 dejó escrito el compromiso de velar por el respeto de los derechos de los menores con igual firmeza que se debe hacer por cualquier persona adulta. Un total de 195 países lo han ratificado. En sus artículos, la convención recoge, entre otros, el derecho a la vida, el derecho al desarrollo de las capacidades y el derecho a la libertad de expresión, como ciudadanos activos, y no, como hasta entonces, como puros objetos de protección.

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"Un art\u00edculo al mes en EL PERI\u00d3DICO","text":"\u00abNuestra alianza con EL PERI\u00d3DICO pretende visibilizar la situaci\u00f3n de la infancia y, por primera vez, incorpora en un diario espa\u00f1ol una columna de opini\u00f3n hecha por ni\u00f1os, ni\u00f1as y adolescentes, un espacio propio en el que puedan expresar sus intereses, opiniones y propuestas, demostrando que son ciudadanos activos y comprometidos con la realidad social\u00bb, expresa Marina Echegaray, responsable del \u00e1rea de Comunicaci\u00f3n de Save the Children en Catalunya.\u00a0 \u00a0\u00a0 \u00a0La alianza contempla tambi\u00e9n la celebraci\u00f3n de un debate Primera Plana protagonizado por el director general de Save the Children, Andr\u00e9s Conde. As\u00ed mismo, el acuerdo recoge otras acciones destinadas a potenciar la visualizaci\u00f3n y protagonismo de la palabra de ni\u00f1os, ni\u00f1as y adolescentes. Igualmente, est\u00e1 previsto el lanzamiento de una campa\u00f1a de sensibilizaci\u00f3n sobre la importancia de la prevenci\u00f3n de la violencia contra la infancia y la creaci\u00f3n de un dominio SavetheChildren en la p\u00e1gina\u00a0www.elperiodico.com,\u00a0con noticias sobre infancia. Son algunas de las previsiones para amplificar la voz de los menores socialmente, y ayudar a cumplir sus derechos."}}

Y con ese último objetivo preciso, el de garantizar al menor su derecho a manifestar su opinión y la oportunidad de ser escuchado, Save the Children trabaja en tres ámbitos: la acción social, la incidencia política, la sensibilización y la comunicación. A través de ellos, organiza grupos de trabajo en horario extraescolar, pero en espacios afines a los menores, como son sus propios centros escolares o casales de sus barrios. A través de la participación de los menores, de manera voluntaria por parte de las familias, se conoce de primera mano sus realidades y se trabajan con ellos, herramientas formativas y de empoderamiento, jugando o haciendo refuerzo escolar, y también trabajando planes de apoyo a los menores, con sus familias. En horario lectivo, la oenegé introduce también sesiones formativas y de acompañamiento en temas como la prevención de la violencia, seguidos muy de cerca junto a los maestros. «Las familias son las protagonistas y quienes pueden dar testimonio de la vulneración de los derechos de sus hijos», dice la técnica de Acción Social de Save the Children en Catalunya, Ester Morillas.

Trabajo a tres bandas

Además de participar activamente en los programas de acción social de la oenegé, con actividades específicamente diseñadas para niños y niñas en el ámbito educativo y entrevistas cualitativas, las familias «son partícipes activos en el trabajo de incidencia política de la organización», explica Emilie Rivas, técnica de Políticas de Infancia y Sensibilización de la oenegé. «Las familias participan en los informes que Save the Children elabora y que, conjuntamente con las investigaciones que la organización lleva a cabo, reflejan la realidad en la que se encuentran los niños y niñas y denuncia las distintas vulneraciones de derechos que existen», detalla Rivas. «Las conclusiones alcanzadas van más allá de la mera denuncia, y se transforman en proposiciones y propuestas concretas que se presentan a partidos políticos y grupos de interés, a fin de modificar la legislación y políticas necesarias que puedan permitir el efectivo cumplimiento de los derechos de los menores», expone. Finalmente, las familias adquieren voz en los medios de comunicación, teniendo la oportunidad de contar de primera mano el impacto que las inequidades generan en la vida de sus hijos e hijas. El trabajo conjunto con las familias, en incidencia, comunicación y acción social, genera un empoderamiento en ellas, a la vez que se cuenta con personas comprometidas en los barrios y se enriquecen los argumentos teóricos con situaciones reales, aportando realismo a las problemáticas visualizadas.

«Sabemos por experiencia que los niños y niñas son muy capaces de diagnosticar problemas y proponer soluciones, y creemos en la importancia de darles la oportunidad de ser escuchados», precisa el director general de Save the Children en España, Andrés Conde. «Creemos, además, que la participación infantil es el mejor entrenamiento para desarrollar una ciudadanía activa, comprometida y responsable. Los niños son muy conscientes de la realidad en la que viven. Saben, por ejemplo, que algunos compañeros de clase no han podido desayunar, no tienen libros para hacer los deberes, o sufren acoso y violencia en la escuela. Por eso sus opiniones deben ser escuchadas, y sus necesidades atendidas», indica Conde. «Save the Children trabaja en más de 120 países y, en todos ellos, la participación de los niños y niñas es un eje transversal de nuestra labor. En España, escuchamos a diario la voz y la opinión de 8.000 niños en situación de pobreza y riesgo de exclusión, con los que trabajamos», añade el director general.