Anna Gómez, ambientóloga: "La mala calidad del aire tiene efectos en la salud"

La responsable del servicio de Qualitat i Intervenció Ambiental de la Agència de Salut Pública de Barcelona considera que los niveles de contaminación mejorarán poco a poco

Anna Gomez, ambienóloga  de la Agència de Salut Pública de Barcelona, junto a la plaza de Lesseps

Anna Gomez, ambienóloga de la Agència de Salut Pública de Barcelona, junto a la plaza de Lesseps / MIREIA REYNAL

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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La ambientóloga y doctora en Ciencias Ambientales Anna Gómez (Santa Coloma de Gramanet, 1978) dirige el servicio de Qualitat i Intervenció Ambiental de la Agència de Salut Pública de Barcelona. Aunque está preocupada por los niveles de contaminación de  la capital catalana, considera que poco a poco mejorará. Se trata de usar unas alternativas mejores al coche y seguir insistiendo en la necesidad de adquirir unos hábitos mucho más saludables.

–En general, ¿cómo es el aire en Barcelona?

–Los contaminantes que más nos preocupan en Barcelona son el NO2 o dióxido de nitrógeno y el material particulado (PM), clasificado en PM10 i PM2,5 en función de su tamaño. Cuanto más pequeñas son las partículas, más perjudiciales son para la salud pues pueden alcanzar otros órganos diferentes de los pulmones. En ambos casos superamos los valores recomendados por la OMS..  

–¿Estos niveles han descendido? 

–Los niveles de contaminación por NO2 se mantienen estables. Quizá hay ligeras diferencias por años pero no son significativas. Entran en juego factores como la meteorología, que puede en ayudar a dispersar los contaminantes. Lo que sí ha descendido son los relativos a las partículas, que en su mayoría procede de los vehículos, debido a las mejores técnicas y normativas impulsadas por la UE, y la reducción de la obra pública y privada observada en los últimos años.

-Estos componentes pueden ser muy peligrosos para la salud.

-Sí, la literatura científica demuestra que la mala calidad del aire tiene efectos en la salud de muchas personas, porque mucha gente está expuesta. Y cada vez hay más evidencias científicas, a partir de investigaciones, sobre los efectos perjudiciales que tiene en las personas.

-Niños, personas mayores y mujeres embarazadas son los más vulnerables.

-Sí, pero también lo son las personas con enfermedades respiratorias y cardíacas crónicas. En el caso de los más pequeños porque tienen una frecuencia respiratoria más elevada y un sistema respiratorio e inmunológico más vulnerable. Los mayores, que pueden tener las funciones respiratorias y cardiovasculares más limitadas, también sufren estos altos niveles de contaminación. Momentos de picos elevados de contaminación, con una exposición aguda a componentes como el NO2 y los PM, pueden implicar ingresos de urgencias e incluso un aumento de la mortalidad entre la población con enfermedades cardiovasculares y pulmonares.   

–¿Qué papel juega su departamento en un tema tan amplio y transversal como es la contaminación ambiental?

–Por un lado, cogestionamos datos, evaluamos y realizamos informes; por otro, también damos recomendaciones a la ciudadanía en materia de salud. 

–¿Qué tipo de consejos? 

–Recomendamos si es posible desplazarse caminando o en bicicleta porque está demostrado que los beneficios de moverse y hacer deporte pesan más que el aire contaminado que respiramos al movernos por la ciudad. También aconsejamos evitar las horas puntas de contaminación en la medida de la posible o preparar la ruta evitando las zonas más densas, con más tráfico.

–Para seguir estos consejos, primero tienen que dejar el coche en casa.

–Sí, primero debemos conseguir que dejen el coche en casa. Aunque los hábitos son difíciles de cambiar, es fundamental ofrecer alternativas al vehículo privado que sean factibles, que faciliten realmente los desplazamientos diarios.