«Ahora soy un hombre libre»

Un musulmán catalán de 22 años relata en Facebook por qué está en la yihad en Siria

Caravana de combatientes del Estado Islámico en la provincia iraquí de Anbar.

Caravana de combatientes del Estado Islámico en la provincia iraquí de Anbar.

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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Era un chico normal. Nació en una ciudad cercana a Tánger (Marruecos) y se crió en una localidad de la costa catalana. Fue al colegio y al instituto. En ambos lugares hizo amigos. Musulmanes y no musulmanes. Al menos hasta el 2012 nadie podía imaginarse que aquel chaval acabaría abrazando la versión más bárbara de la yihad. El joven, de 22 años, lleva dos años combatiendo con los yihadistas en Siria. Algunos amigos de entonces aún le felicitan por su cumpleaños en Facebook.

Es precisamente en esa red social donde este chico, en un arrebato de rabia, escribió un texto en que de modo caótico explicaba algunos de los motivos que le han llevado a sumarse al grupo terrorista más peligroso del planeta: el Estado Islámico (EI). La confesión se produjo a raíz de que su hermano, estupefacto ante una  foto que el joven  acababa de colgar en Facebook, le pidiera que retirara la imagen, en que se le ve con la cara cubierta con un pasamontañas y  una mirada cargada de odio.

Foto comprometedora

 «¿Qué haces?... Quita esa foto», le dijo su hermano. Sin embargo, el joven no solo no retiró la instantánea, si no que respondió airado: «¿Oye qué te pasa? ¿Qué haces? Quita esa foto, quita esa foto, quita la otra. Que se larguen a la mierda. El que quiera hablar que hable. Esos que están hablando de mí que vayan a ver a sus hijos e hijas que están emborrachándose y recibiendo por...».

Ese es el inicio de un texto lleno de rabia en que ese chico explica algunos de los motivos que le han llevado a unirse a uno de los grupos que combaten en el norte de Siria, sobre todo en los alrededores de Latakia, y que están situados bajo el paraguas del Estado Islámico. «Quien quiera hablar que hable. Inútiles todos. ¿A caso nos trataban como familia? Que sepan que este soy yo: un loco, un psicópata, un terrorista, un delincuente». En el texto, cuya autenticidad ha sido confirmada a este diario y que ha sido descolgado de Facebook, el joven da a entender que en el origen de esa radicalización está la discriminación que, según él, sufren los jóvenes musulmanes residentes en Catalunya. «Estamos hasta las narices de ocultar quienes somos. Ahora soy un hombre libre». Sus palabras rezuman un profundo odio hacia la policía y, en concreto, hacia los mossos, a los que menciona varias veces. «Aquí nadie te para en la calle para pedirte la documentación. Aquí nadie te mira mal por tener barba o ser diferente. Hemos dejado esa vida de esclavos. Ahora solo sigo siendo esclavo de Alá».

Además, explica las bondades de la vida bajo el Estado Islámico : «Aquí no hay mossos, ni juicios ni denuncias. Aquí ya no queda delincuencia y si no queda delincuencia es porque la ley que se practica es la ley de Alá. Esos son los resultados. Aquí nosotros somos los mossos».

Durante estos dos años, Facebook ha sido una de sus principales vías de conexión con el resto del mundo. En esa red social no ha dudado en colgar imágenes de su participación en la yihad. En una de las fotos se le ve vestido con pantalones de combate, gorro de lana y chaqueta verde, mirando a cámara y alzando la mano izquierda con el dedo índice hacia el cielo. Haciendo el número uno con la mano, el joven realiza el gesto con el que los miles de yihadistas que se han unido al Estado Islámico reclaman que solo hay un Dios. Esta señal es el símbolo del monoteísmo -no hay más dios que Alá-y aparece en muchas fotos de esos jóvenes. En otras imágenes, aparece con la bandera del Estado Islámico o junto a un coche con símbolos yihadistas.

No es el único musulmán residente en Catalunya que se ha unido al Estado Islámico y que está colgando en Facebook comentarios y fotografías de su vida como yihadista. También se ha dado el caso de un individuo de mediana edad y padre de dos hijos pequeños, que hasta hace poco residía en el área metropolitana de Barcelona, que el pasado 14 de junio colgaba en su perfil de esa red social una reflexión sobre la importancia de educar a los niños en la versión más extrema del Islam. «¿Sabes qué es lo que mas temen los kufar (infieles)? Que nuestros hijos sean educados con el islam, con la palabra de Alá y las enseñanzas del profeta. Temen que nuestros hijos se hagan hombres de verdad, hombres que darían la vida por su religión, por su profeta y por Alá. Pero por más que intenten matarnos, por más que intenten hacer que el islam desaparezca no lo conseguirán».

Del Camp nou al campo de batalla

Otro joven, actualmente convaleciente de sus heridas y que residía en la misma localidad catalana que el anterior, también ha colgado en su perfil numerosas imágenes vestido de combatiente. Curiosamente, en su página de Facebook, la última imagen que cuelga antes de irse a combatir a Siria es en el Camp Nou, pues se declara profundamente culé. Las siguientes ya son en Siria, donde se integró al Harakat Assham Al Islam, un grupo formado sobre todo por magrebís. En las siguientes fotos, que él mismo difunde un mes después, ya se le ve vestido con uniforme de combate y con una pistola en la mano, patrullando entre montañas con un kalashnikov o leyendo el Corán. Según el Ministerio del Interior, hay 50 yihadistas españoles en Siria e Irak. La CIA eleva hasta 96 esta cifra.