Violencia en Oriente Próximo

Varias aerolíneas anulan sus vuelos a Tel-Aviv

ANA ALBA
GAZA

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El Ejército israelí lanzó la operación Margen Protector en la franja de Gaza el 8 de julio y nueve días después decretó el inicio de la invasión terrestre de la franja. Desde entonces, 27 soldados han muerto y uno más se encuentra desaparecido. Además de este alto coste, la ofensiva israelí ha contado su 15º día sin conseguir que Hamás, la Yihad Islámica y otros grupos palestinos dejen de lanzar cohetes sobre Israel, uno de los cuales cayó ayer cerca del aeropuerto Ben Gurion de Tel-Aviv, lo que provocó que numerosas líneas aéreas internacionales anunciasen la suspensión de sus vuelos.

El cohete, del tipo M75 y que formaba parte de una andanada disparada contra el área metropolitana de Tel-Aviv, consiguió cruzar el escudo del sistema antimisiles israelí. El impacto se produjo en la parte trasera de un chalet particular de la pequeña localidad de Yehud, a una distancia de menos de un kilómetro del aeropuerto, según informó la policía israelí.

Es la primera vez que un proyectil llega a la zona del aeropuerto y se desconoce si el objetivo del lanzamiento era esta instalación. Los misiles que lanzan grupos palestinos son muy poco precisos y nunca se sabe donde van a caer. La Agencia Federal de Aviación (FAA) prohibió ayer los vuelos de compañías americanas a Israel por un espacio de 24 horas a causa del impacto del cohete en las inmediaciones del aeropuerto. Delta, US Airways y United Airlines ya habían anulado sus vuelos. Posteriormente se sumaron a la medida Lufthansa y Air France y otras compañías europeas.

UNOS 10.000 PROYECTILES  / El Ejército asegura que ha asestado un duro golpe a Hamás porque ha eliminado «más del 50% de su arsenal» de proyectiles, según el capitán Roni Kaplan, portavoz del Ejército israelí. Fuentes militares apuntan que Hamás contaba con 10.000 cohetes, de manera que le quedarían aún unos miles. De momento, en 15 días ha lanzado sobre Israel 2.100 proyectiles, de los que 396 han sido interceptados por el sistema de defensa Cúpula de Hierro. El resto, han caído sobre suelo israelí o -unos pocos- en Gaza y Cisjordania.

Las 27 bajas del Ejército israelí son muy altas para tan solo cuatro días de operación terrestre, aunque el Ejército asegura que preveía esta posibilidad. Otro soldado, Oron Shaul, de 21 años, se encuentra oficialmente desaparecido. El Ejército cree que murió en la explosión de un carro blindado hace tres días y que el movimiento islamista Hamás tiene su placa de identificación y, quizá, parte de sus restos o su cadáver. Las Brigadas Al-Aqsa, afiliadas a Hamás, anunciaron que habían secuestrado a un soldado y dieron su número de placa, pero no han difundido ninguna prueba de que lo hayan capturado con vida.

«Sabíamos que la situación iba a ser muy difícil. Pero en un Estado democrático, lo correcto es que sean los soldados los que caigan para intentar acabar con los túneles por los que pueden entrar terroristas en Israel y dañar a civiles», indica Kaplan. La mayoría de expertos militares consideraban que para eliminar lo que Israel considera «la amenaza de la red de túneles de Hamás» era necesaria una operación terrestre, aunque se pusieran en riesgo las vidas de miles de soldados.

El Ejército israelí asegura que ha encontrado 66 entradas de 23 túneles, especialmente en la zona del barrio de Shayaía, en el este de la ciudad de Gaza, donde el domingo las bombas mataron a al menos a 77 personas. Los soldados que han entrado en zonas urbanas con blindados han encontrado una fuerte resistencia de milicianos palestinos que han tendido emboscadas a los soldados. Israel afirma haber matado a 183 milicianos de grupos palestinos y haber arrestado a 28 más.