la cumbre de Malta

La Unión Europea evita el choque frontal con Trump

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, asegura ahora que la única amenaza sería perder la unidad

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, en La Valeta (Malta).

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May, en La Valeta (Malta). / periodico

SILVIA MARTINEZ / LA VALETA (ENVIADA ESPECIAL)

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La carta de invitación de Donald Tusk a la primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE del año, celebrada este viernes en Malta, prendió la mecha el pasado martes, pero el barril de pólvora no ha llegado a estallar. Pese a la hostilidad manifiesta hacia Europa y la intromisión de la nueva Administración norteamericana en asuntos internos europeos como el euro o el 'brexit', los 28 han optado este viernes por rebajar el tono, mostrar su cara más pragmática y evitar el choque frontal con Donald Trump.

“Obviamente hay preocupación entre los 28 sobre algunas decisiones de la nueva Administración de EEUU y algunas actitudes que está adoptando, pero no hay sensación de antiamericanismo, sino de comprometernos con EEUU de la misma forma, aunque necesitamos mostrar que no podemos permanecer en silencio cuando se ven afectados los principios”, ha resumido el primer ministro maltés y presidente de turno de la UE, Joseph Muscat.

A su lado el presidente del Consejo Europeo daba marcha atrás y admitía la importancia de conservar unas relaciones trasatlánticas lo más sólidas posibles: “La única amenaza real es que no estuviéramos unidos ante los retos”. Y una evidencia de que esa unidad existe y resiste es que algunos de sus colegas “se refieren a mí como nuestro Donald” frente al presidente norteamericano, bromeaba. “Tenemos diferentes temperamentos y formas de expresión, pero un mismo objetivo: proteger la UE y el interés europeo. En esto estamos unidos. No tengo dudas”, zanjaba.

UNIDAD ANTE TODO

Esa ha sido la palabra más repetida de nuevo durante la cumbre y el mensaje que se quiere llevar a la cumbre de Roma que conmemorará el 60º aniversario de la UE el 25 de marzo. Desde la cancillera alemana Angela Merkel hasta el presidente François Hollande han reivindicado la necesidad de permanecer unidos y han recordado que digan lo que digan al otro lado del Atlántico “Europa tiene el destino en sus propias manos”. Hollande, que en breve dejará la presidencia de Francia, sí ha mantenido su tono crítico, porque considera que no es de recibo que Trump se inmiscuya en los asuntos europeos. “Entre socios debe haber un respeto. Si Europa se ha querido construir no es para que algunos pidan que se deshaga”, ha advertido.

En los últimos días Alemania ha sido una de las dianas escogidas por la Administración Trump, que ha acusado a Berlín de usar el euro para mantener su hegemonía comercial. Merkel recoge el guante. “Habrá temas en los que podamos trabajar juntos –como la lucha contra el terrorismo- pero también habrá áreas en el futuro en las que tendremos que hacer más en solitario”, ha advertido con pragmatismo mencionando Africa, los acuerdos de libre comercio y la inversión en defensa.

LA POSICIÓN ESPAÑOLA

Igual de prudente ha sido la posición de España. “Queremos tener unas buenas relaciones con EEUU, como siempre lo hemos querido. Es lo más sensato y razonable”, ha defendido Mariano Rajoy, quien ha eludido pronunciarse sobre sí ve o no a Trump como una amenaza. “Entrar a discutir si una palabra significa una cosa u otra no tiene sentido. No ayuda a nada. Europa va a defender su unidad y voluntad de integración y procuraremos tener las mejores relaciones posibles”, ha zanjado.

Aunque la cumbre ha pasado por alto el 'brexit', el asunto sí ha protagonizado el encuentro bilateral que a primera hora mantenían Rajoy y la primera ministra británica, Theresa May. Un encuentro a petición de May en el que el presidente español ha pedido “un proceso rápido” para evitar “inseguridad e inestabilidad” por las repercusiones que puede tener para los ciudadanos británicos y españoles. “En España residen más de 300.000 británicos de forma permanente. Esto significa que hay una relación importante”, ha precisado.