REFERENDO SOBERANISTA EN EL REINO UNIDO

Salmond se impone a Darling en el último debate sobre Escocia

Alex Salmond, a la derecha, en el debate televisado de ayer en Glasgow. A la izquierda, Alistair Darling.

Alex Salmond, a la derecha, en el debate televisado de ayer en Glasgow. A la izquierda, Alistair Darling.

BEGOÑA ARCE
LONDRES

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La economía volvió a dominar anoche el segundo y último debate sobre la independencia de Escocia, antes del referendo del 18 de septiembre. La disputa sobre la libra esterlina,  el cálculo sobre las reservas de petróleo que quedan en aguas del mar del Norte, y los recortes de la sanidad pública (NHS), fueron los asuntos con los que acapararon  los 90 minutos que duró el acalorado enfrentamiento televisado en directo, entre el ministro principal escocés, Alex Salmond  y el jefe de la campaña de Better together (Mejor juntos), el exministro de finanzas laborista, Alistair Darling.

Ninguno de los dos cedió terreno, en un cuerpo a cuerpo muy ceñido, en el que según un primer sondeo de ICM, Salmond se impuso con el 71% de votos frente 29% para Darling. De estar a la defensiva en el primer debate, Salmond pasó en esta ocasión a la ofensiva.

En un tono combativo, apasionado, interrumpiéndose continuamente y quitándose a menudo la palabra, ambos contendientes fueron respondiendo a las preguntas de la audiencia, sobre presupuestos, pobreza infantil o creación de empleo. El cara a cara se celebró ante 200 personas reunidas en el museo Kelvingrove Art Gallery And Museum de Glasgow, que habían sido previamente seleccionadas por el instituto de sondeos ComRes.

MAYOR PRESIÓN / Salmond era el que más se jugaba en esta ocasión y sobre quien recaía una mayor presión.  Darling se había impuesto en el primer debate del 5 de agosto. El líder independentista no fue capaz entonces de ofrecer un plan alternativo, en caso de que Escocia deba abandonar la libra. Tampoco está vez  lo hizo, a pesar de la insistencia de Darling, pero  Salmond puso en cambio  como ejemplo varias alternativas adoptadas por otros paises «como Suecia o Noruega» y  dijo estar buscando un «mandato popular» para necogiar la libra en una unión monetaria entre la nueva nación soberana y el resto del Reino Unido bajo la supervisión del Banco de Inglaterra. Esa es, sin embargo, una posibilidad que el Gobierno de Londres ha rechazado repetidamente, al igual que el 68% de los ciudadanos ingleses, según los sondeos.

Darling advirtió de la variabilidad de los precios del petróleo y su merma constante. «Una vez que se haya terminado, se habrá acabado para siempre » afirmó.

Salmond utilizó una nueva táctica,  al advertir de los riesgos de permanecer en el Reino Unido. La sanidad publica en Escocia no está segura, señaló,  mientras que será el Parlamento de Westminster el que controle los presupuestos. Sobre asuntos de defensa, calculó en cinco años el tiempo para desmantelar el sistema de misiles nucleares Trident y diez para construir unas Fuerzas Armadas escocesas. Darling argumentó que ese desmantelamiento sería muy costoso y supondría una gran perdida de puestos de trabajo.

A tres semanas del referendo, la de anoche fue para Salmond su última gran oportunidad de dirigirse a una gran audiencia para dar un vuelco a las encuestas adversas. El tiempo apremia. Esta mañana unos 700.000 escoceses, que emitirán el voto por correo, una quinta parte del total de los electores en Escocia, van a encontrar en su buzón las papeletas para participar en la consulta. Según una síntesis de sondeos llevada a cabo por el Financial Times, el 50%, de los votantes preferirá seguir formando parte de la Unión, el 37% elegirá la independencia y el 12% sigue sin saber qué votar.

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