EL RETO YIHADISTA

La reconquista de Tikrit

El Ejército iraquí lanza una importante ofensiva para arrebatar al Estado Islámico la ciudad cuna de Sadam Husein

Cerca de Tikrit 8Milicianos chiís que apoyan al Ejército en pleno combate.AFP PHOTO/AHMAD AL-RUBAYE

Cerca de Tikrit 8Milicianos chiís que apoyan al Ejército en pleno combate.AFP PHOTO/AHMAD AL-RUBAYE

JAVIER TRIANA / ESTAMBUL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Irak se pone a prueba con una ofensiva sobre Tikrit. La cadena iraquí de televisión Al Iraqiya anunció este lunes que el Ejército de Irak, apoyado por milicias chiís y sunís, ha comenzado una operación para recuperar la ciudad, capital de la provincia de Saladino y ubicada a unos 150 kilómetros al norte de Bagdad, de manos del Estado Islámico (EI), que la gobierna desde junio del pasado año. El operativo estaría avanzando desde tres frentes distintos, apoyado desde el aire por cazas bombarderos iraquís. Su toma tiene un componente simbólico, ya que Tikrit vio nacer al ejecutado expresidente iraquí Sadam Husein.

La operación ha movilizado a unos 20.000 militares iraquís, a los que se suman alrededor de 5.000 milicianos. Según Al Iraqiya, el empuje de estos ha expulsado a miembros del grupo fundamentalista de las afueras de Tikrit y de otras zonas de la provincia de Saladino. Asimismo, la cadena indicó que las tropas aliadas avanzaban hacia la ciudad mientras los escuadrones de aviación azotaban posiciones yihadistas ubicadas más al norte.

Contradicciones

Fuentes gubernamentales iraquís citadas por la televisión británica BBC señalan que sus tropas están posicionadas a cinco kilómetros del centro de la ciudad. Sin embargo, el EI ha hecho públicas este lunes unas imágenes que mostrarían a sus combatientes vigilando la ciudad con aparente normalidad.

Horas antes de lanzar el ataque, el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi (chií) ofreció una amnistía a aquellos sunís que forman parte del EI. «Hago un llamamiento a quienes fueron engañados o cometieron un error a que dejen las armas y se unan a su gente y su Ejército para liberar sus ciudades», dijo al-Abadi. Para el dirigente iraquí se trata de una «última oportunidad».

El salvajismo del proceder del Estado Islámico ha unido en su contra a aliados improbables, como demuestra el hecho de que milicias chiís y sunís combatan codo con codo para derrotar a los fundamentalistas en Tikrit. Sin embargo, el director para Oriente Medio y el norte de África del International Crisis Group, Joost Hilterman, alerta del potencial riesgo de esta asociación. «La ofensiva iraquí se basa en militares apoyados por milicias chiís. Cualquier intento de tomar una ciudad suní con guerrilleros chiís podría causar tantos problemas como los que resuelva», asegura Hilterman a EL PERIÓDICO. «En especial -advierte- si el Gobierno no ejerce un control efectivo sobre estas milicias».

Mientras que su papel en la batalla contra el EI está siendo destacado, algunos de estos grupos de guerrilleros chiís han sido acusados de cebarse con la población civil suní. Para evitar males mayores, Hilterman receta lo que sigue: «El Gobierno debería retirar sus fuerzas y las milicias tan pronto ganen la batalla. Y permitir a los líderes locales gestionar los asuntos de la ciudad con la ayuda de policías y administradores locales».

De conquistar la plaza con éxito, se fijaría el rumbo más al norte, hacia Mosul, la segunda ciudad del país y uno de los bastiones del Estado Islámico.