Psicosis en Francia

Un hombre empotra su furgoneta contra una caseta del mercado de Nantes tras dos ataques del fin de semana al grito 'Alá es grande'

Horror en el mercado navideño 8Imagen de la furgoneta empotrada contra una caseta.

Horror en el mercado navideño 8Imagen de la furgoneta empotrada contra una caseta.

VICENÇ BATALLA / PARÍS

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Francia está en alerta. Diez personas resultaron heridas, cinco de ellas graves, después de que un hombre empotrara ayer por la tarde la camioneta que conducía contra una caseta del mercado de Navidad de Nantes y luego se asestó varias puñaladas. «No hay ninguna duda de su motivación criminal», afirmó a una cadena de televisión un diputado ecologista local. La fiscal de Nantes, en una breve comparecencia de prensa, afirmó que los primeros datos de la investigación apuntan a «un acto aislado» y que «no se puede hablar de acto terrorista». Pero el contexto es complicado, después de los dos ataques registrados el fin de semana al grito de  «Alá es grande».

La alerta la había lanzado el propio ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, el sábado por la mañana después de haber detectado un vídeo que circulaba por Youtube donde un grupo de yihadistas pide a los musulmanes que ataquen los intereses franceses en el país. El ministro dio la orden a los directores de policía y gendarmería, así como a las policías municipales, para que reforzaran las medidas de seguridad.

La misma consigna

El sábado, un joven de 20 años nacido en Burundi hirió con una navaja al grito de a tres policías en las afueras de Tours antes de que un cuarto lo abatiera. El domingo por la noche, un hombre de 40 años de origen magrebí atropelló a 13 peatones en el centro de Dijon, utilizando la misma consigna.

El presidente de la República, François Hollande, pidió «extrema vigilancia al conjunto de los servicios del Estado». Por su parte, la presidenta del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen no desaprovechó la oportunidad para denunciar luna minimización por parte del Gobierno del «peligro que existe de la multiplicación de un terrorismo individual» que debería llevar a parar la inmigración».

En el suburbio de Tours, Bertrand Nzohabonayo no dejó ningún tipo de escrito para justificar su acción pero en las últimas semanas había colgado en su cuenta de Facebook la bandera negra del Estado Islámico (EI), La policía lo tenía fichado por robos menores. Desde hace un año, Bertrand se había convertido al islam, lucía barba al uso y se hacía llamar Bilal. Su hermano pequeño Brice, conocido por su islamismo radical, fue detenido poco después en Burundi.

El hombre de Dijon, de madre argelina y padre marroquí, fue arrestado tras una persecución policial. En su historial clínico, cuenta con 157 pasos por dependencias psiquiátricas. Según explicó la fiscalía de Dijon, primero dijo a los agentes que había cometido esta acción por el maltrato de los niños palestinos y, luego, porque había visto en televisión el sufrimiento de los niños chechenos. Pensó en atacar una comisaría cuando pasó por delante con el coche, pero viendo los peatones se lanzó contra ellos .