Derivaciones del caso Nisman

Para Fernández de Kirchner que causa AMIA es parte de una trama internacional

La presidenta pidió a la oposición que no haga un uso electoral de lo ocurrido con el fiscal y deje trabajar a la justicia

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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“Es claro que la causa AMIA sigue siendo parte de un tablero de la política internacional y también nacional. ¿Nadie une las cosas y puede pensar más allá de lo que conviene a la próxima elección? No podemos seguir manoseando a los familiares de las 85 víctimas que ya no saben a quién pedir. No utilicen más la causa y pidan justicia en serio porque lo que ha pasado es verdaderamente bochornoso”. Se estaba por cumplir las tres horas y media del último discurso de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ante la Asamblea Legislativa cuando se refirió a la muerte del fiscal Alberto Nisman y sus usos. Las palabras de Fernández de Kirchner eran ampliamente esperadas por aquellos que la apoyan y, también, los que no la quieren. Se conocieron tres días después de que el juez Daniel Rafecas rechazara la decisión del fiscal Gerardo Pollicita de hacer suya la acusación de su difunto colega e imputarla, junto con el canciller Héctor Timerman, de maniobras que conduzcan a la impunidad de los iraníes presuntamente involucrados en el atentado contra la mutual judía del 18 de julio de 1994.

“No puedo soslayar la denuncia de Alberto Nisman, cuya muerte la lamento, como la de cualquier argentino, de cualquier ser humano. Pero también quiero decir que leí profundamente tanto la denuncia como la sentencia del juez Rafecas que habla por sí sola, pero si tengo que hablar del descubrimiento de dos documentos que estaba la caja fuerte del fiscal y a los que hace referencia el juez”, señaló CFK.

NIRMAN VERSUS NISMAN

En su dictamen, el juez Rafecas reveló el contenido de dos escritos firmados por Nisman en diciembre de 2014 y que estaban guardados en la caja fuerte de la Unidad Fiscal AMIA. Los mismos fueron le aportados por la secretaria de la fiscalía, Soledad Castro. Esos escritos buscaban que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas interviniera para concretar las órdenes de captura de los iraníes sospechados. Nisman decidió posponer la presentación de los mismos, aunque los firmó entre diciembre y enero, con fecha de enero. En esos textos, señaló Rafecas,  “el doctor Nisman no sólo que no hace ningún tipo de alusión a la inminente presentación de la denuncia en contra de las máximas autoridades del Poder Ejecutivo Nacional, sino que, a lo largo de sus páginas, presenta una postura diametralmente opuesta, en el sentido de que realiza consideraciones sumamente positivas de la política de Estado del gobierno nacional, desde 2004 hasta la actualidad”. Ese fallo judicial, que supuso un golpe para los defensores de la hipótesis de la responsabilidad de un sector del kirchnerismo en el deceso del fiscal, le vino a la presidenta como anillo al dedo. “Nisman versus Nisman, ¿a quien le creo?”, se interrogó, marcando diferencia entre el texto ponderativo y el acusatorio.

CFK insistió en que la suerte corrida por Nisman es parte de una trama que excede a la coyuntura argentina y que tiene lugar en momentos en que la administración de Barck Obama negocia un acuerdo nuclear con Irán en medio de una fuerte resistencia de parte del Partido Republicano y del Estado de Israel. Esa misma lógica la aplicó a la voladura de la embajada de Irsael en Buenos Aires, en 1992, en momentos que Isaac Rabin negociaba un acuerdo de paz con Yasser Arafat. “Todavía no puedo entender por qué el Estado de Israel reclama por la AMIA y no por su propia embajada. ¿Sabe alguien cuál es el resultado de la investigación del atentado llevada adelante por el Tribunal Supremo (argentino)? ¿Cuáles son los condenados, los procesados? Ninguno. Por qué no reclama el estado de Israel”. 

Fernández de Kirchner pidió que Israel permita que su ex embajador en Buenos Aires en 1994, Itzhak Avirán, pueda declarar en la causa AMIA. Meses atrás, Avirán dijo que su país ya se había encargado de los responsables del atentado de la embajada, aunque no especificó si se refería a los autores materiales o ideológicos.

DURO DISCURSO

A lo largo de una extensa alocución de despedida, en la que no faltó el autoelogio y la reivindicación de sus ocho años de Gobierno, CFK subió el tono de su discurso cuando llegó la hora de referirse al tema que sumió al país en una crisis política e institucional en los últimos 45 días.  Un grupo de diputadas exhibió carteles con la leyenda “Habla de la AMIA”, y la presidenta, airada, reaccionó. “De la AMIA no necesito carteles para hablar, lo hago desde 1994, desde 1996, cuando denuncuié al juez Juan José Galeano (procesado por fraguar pruebas) y a todoos los que encubrieron y no se permitieron que se descubra la verdad”, dijo. “Hablo con los familiares de las víctimas y en las Naciones Unidas como no lo hizo ningún presidente argentino, hablo diciendo que se quiere demorar el juicio de encubrimiento. Han pasado 21 años y no tenemos un solo condenado, ni un solo preso”. Los kirchneristas no cesaban de aplaudirla, adentro y afuera del recinto, donde una multitud siguió el último discurso como presidenta. “No necesito carteles: yo puedo ir con carteles al frente de la AMIA para decirle también que un presidente de la DAIA (Ruben Beraja, que lideró la principal organización de la comunidad judía en los años noventa), encubridor y vaciador de bancos, está procesado por haber traicionado su religión”.

Por último, la presidenta alertó sobre las maniobras que buscan postergar ese juicio por encubrimiento que afecta a Galeano, dos ex fiscales, el ex presidente Carlos Menem y su jefe de espías, además de varios oficiales de la Policía.