ALARMA ANTE EL AVANCE DE LOS FUNDAMENTALISTAS

Otra joya en peligro

La milenaria ciudad siria de Palmira sufre la amenaza del EI 'La Venecia de las arenas' solo puede ser salvada por el Ejército de Asad

Ciudad oasis  Aspecto de Palmira, en el desierto sirio, el jueves.

Ciudad oasis Aspecto de Palmira, en el desierto sirio, el jueves.

JAVIER TRIANA
ESTAMBUL

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«Representa un tesoro irremplazable para el pueblo sirio y para el mundo». La directora general de la Unesco, Irina Bokova, no exagera al referirse así al sitio arqueológico de Palmira, en el centro de Siria. Pero la supervivencia de la denominada Venecia de las arenas corre peligro. El motivo: el avance de los yihadistas del Estado Islámico (EI). Su empuje hacia esta zona, que conecta la ruta entre Damasco y Homs, ha hecho temer que las ruinas corran la misma suerte que otros lugares de relevancia histórica y cultural que los fundamentalistas han destrozado en los últimos meses en la vecina Irak.

La imagen de los integristas taladrando un inmenso toro alado en la antigua Nimrod, en suelo iraquí, podrían repetirse, por ejemplo, con las espectaculares tallas que alberga el museo arqueológico del lugar. «El oasis de Palmira alberga las ruinas monumentales de una gran ciudad que fue uno de los centros culturales más importantes de la antigüedad», afirma sobre el lugar la Unesco, que en 1980 lo incluyó en su registro de Patrimonio de la Humanidad. «Sometidas a la influencia de diversas civilizaciones -continúa la organización cultural de la ONU-, la arquitectura y las artes de Palmira fusionaron en los siglos I y II las técnicas grecorromanas con las tradiciones artísticas autóctonas y persas»

El teatro romano data del siglo II después de Cristo. Fue restaurado en los años 50 y servía de sede para el festival anual de Palmira. Un bosque de columnas se alza en las inmediaciones. «Su avenida de 1.100 metros de columnas forma el eje monumental de la ciudad que, junto a las calles adyacentes, conecta los monumentos públicos más importantes, como el Templo de Ba'al y el ágora», detalla la Unesco. La imponente ciudadela en lo alto de la colina o el valle de las tumbas son otros de los lugares de interés.

Palmira, cuyo nombre deriva de las palmeras datileras que pueblan la zona y que se asienta entre el Mediterráneo y el valle de Éufrates, era una ciudad de comerciantes creada en el sigo I a. C. bajo dominio romano, aunque conoció su esplendor en torno a los siglos II y III. Entonces la clase política estaba dominada por comerciantes, y la ciudad se especializó en la protección de sus convoyes a través del desierto.

Duros combates

Ahora, sin embargo, la única protección de que dispone es la que el Ejército del presidente sirio, Bashar El Asad, quiera dispensarle. Desde hace cinco días, se enfrenta a los yihadistas en los alrededores en unos combates que se han cobrado al menos 300 vidas. Aunque la amenaza continúa, los militares sirios parecen haber asegurado la plaza. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos indicó este domingo que los guerrilleros del EI se habían retirado de las zonas meridionales, en las que había penetrado a última hora del sábado. Pero mantienen una aldea al norte de Palmira.

Asimismo, fuentes del Gobierno regional de Homs dijeron a uno de los órganos de propaganda de Asad, la Agencia Árabe de Noticias de Siria, que las ruinas son ahora «seguras», así como la carretera que une Homs con Palmira. De alejar a los yihadistas, puede que, en esta ocasión, los tesoros de Palmira no sean carne de contrabando, fuente de ingresos habitual para el EI.