FIN DE ETAPA EN EEUU

Obama pone fin a la política de 'pies secos, pies mojados' que beneficiaba a los inmigrantes cubanos

Tres niños cubanos esperan en un refugio de Panamá antes de intentar entrar en EEUU.

Tres niños cubanos esperan en un refugio de Panamá antes de intentar entrar en EEUU. / ra

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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A ocho días del relevo en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha tomado una de sus últimas decisiones trascendentales, anunciando que pone fin a la política conocida como “pies mojados / pies secos”, que durante 22 años ha concedido un estatus migratorio especial a los ciudadanos de Cuba que llegaban por tierra a EEUU. La decisión, dada a conocer por sorpresa el jueves y que entró en vigor inmediatamente, es un paso que tiene su lógica en la nueva relación bilateral entre Washington y La Habana, reactivada por Obama y Raúl Castro en diciembre de 2014, cuando acordaron iniciar el deshielo tras cinco décadas de enfrentamiento. Representa también, no obstante, un regalo políticamente envenenado de Obama para su sucesor, Donald Trump.

Fue Bill Clinton quien en 1995 empezó a aplicar esa política de “pies mojados / pies secos”, que revisaba la Ley de Ajuste Cubano de 1966 que prácticamente garantizaba la residencia en EEUU para cualquier inmigrante cubano que llegara a EEUU y realizó una distinción entre quienes lo hacían por mar y quienes lo hacían por tierra. Los primeros, si eran interceptados por la Guardia Costera, eran enviados de regreso a Cuba o a terceros países. A quienes llegaban por las fronteras terrestres de México o Canadá, en cambio, se les daba la oportunidad de recibir en un año la ciudadanía permanente (la green card).

La anulación de esa política era una de las reclamaciones recurrentes de La Habana y ha encontrado respuesta en Obama, que la ha revocado alegando que estaba “diseñada para una era diferente”. “Al tomar esta medida tratamos a los migrantes cubanos de la misma manera que tratamos a los migrantes de otros países”, dijo el presidente en un comunicado, en el que anunció también que se pone fin a otro programa que permitía a los médicos cubanos que prestaban servicio en misiones internacionales desertar y conseguir por vía rápida visas para EEUU. Esa era otra excepción que el Gobierno cubano protestaba denunciando que contribuía a la huída de talento profesional de la isla.

En ambos casos, y al no tener autoridad para revocar la Ley de Ajuste Cubano (algo que solo puede hacer el Congreso), Obama ha empleado el poder ejecutivo y ha anulado las políticas con nuevas regulaciones dictadas por el Departamento de Seguridad Nacional. Además, su Administración ha recordado que los cubanos que puedan probar persecución política podrán seguir acogiéndose a las protecciones del asilo.

TRUMP, EN UN BRETE

La decisión pone ahora en una situación complicada a Trump. Se apoyó para su victoria en un estado electoralmente tan trascendental como Florida en el voto de la parte de la comunidad cubana dominada por el exilio político, un grupo que se opone ferozmente a la normalización de relaciones y que ahora le presionará para que reinstaure la excepción. Pero durante la campaña el presidente electo hizo del férreo control de la inmigración una de sus principales promesas programáticas y tendrá complicado justificar esa reinstauración, pues la emigración de los cubanos en los últimos años se ha ido haciendo innegablemente más económica que política y se ha disparado desde que Obama y Castro iniciaron el acercamiento. Según cifras facilitadas por Jen Johnson, el secretario de Seguridad Nacional, en 2013 llegaron a las fronteras terrestres de EEUU menos de 5.000 cubanos; en 2015, con las relaciones ya reabiertas, la cifra de inmigrantes se disparó hasta los 40.000 y en 2016 fueron más de 53.000.

A finales de noviembre, tras la muerte de Fidel Castro, Trump prometió en Twitter que acabará con el acercamiento iniciado por Obama “si Cuba no está dispuesta a hacer un mejor acuerdo para los cubanos”. Ha integrado en su equipo a representantes de la línea dura como su asesor económico K.T MacFarland y Mauricio Claver-Cuorón, un lobista pro-embargo que le ayuda en la transición. Y ya ha empezado a escuchar voces de congresistas y senadores republicanos que le instan a deshacer los últimos pasos de Obama. Marco Rubio, en concreto, ha reconocido que en los últimos años se han producido “abusos” de las excepcionales condiciones que reciben los cubanos y ha admitido que la ley necesita cambios, pero ha asegurado que deben reactivarse las condiciones excepcionales para los médicos.