La transición en Egipto

Mubarak ingresa en un hospital y resiste con respiración asistida

Una agencia oficial declara «clínicamente muerto» al exdictador egipcio

Mubarak, llevado en camilla a una audiencia judicial en El Cairo, en septiembre pasado.

Mubarak, llevado en camilla a una audiencia judicial en El Cairo, en septiembre pasado.

LAURA MILLAN
EL CAIRO

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El expresidente egipcio Hosni Mubarak, de 84 años, está clínicamente muerto, según comunicaron fuentes médicas a la agencia oficial de noticias egipcia, Mena. La noticia se conoció hacia la medianoche de ayer después de que Mubarak fuera trasladado a un hospital militar en Maadi, en el sur este de El Cairo, a causa de su delicado estado de salud. Fuentes militares, no obstante, precisaron a la agencia Reuters, pasada la madrugada, que Mubarak se encontraba en el hospital aún vivo, mantenido por respiración asistida.

El exmandatario egipcio sufrió una trombosis cerebral y fue atendido por el equipo médico de la cárcel de Tora, donde se encontraba recluido desde su condena a cadena perpetua que hizo efectiva un tribunal de El Cairo el pasado 2 de junio.

Los médicos intentaron sin éxito eliminar el coágulo durante dos horas y fue entonces cuando Mubarak fue trasladado a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de las Fuerzas Armadas de Maadi.

PROBLEMAS RESPIRATORIOS / El estado de salud de quien presidió Egipto durante 31 años se fue deteriorando desde su ingreso en la cárcel. En las últimas semanas su abogado, Farid al Dib, informó en varias ocasiones de que el expresidente sufría problemas cardíacos y respiratorios y pidió en varias ocasiones su ingreso en un hospital, alegando que las dependencias médicas de Tora no reunía las condiciones para atenderle.

El presidente que derrocó la Revolución del 25 de Enero sufría problemas respiratorios y desde ayer por la tarde necesitaba respiración asistida. Por otro lado, también tenía dificultades cardíacas y en varias ocasiones -la última, ayer por la tarde- su corazón se paró y fue necesario un desfibrilador para reanimarlo.

Mohamed Hosni Mubarak llegó a la presidencia de Egipto tras el asesinato del anteriorrais, Anuar al Sadat, a manos de una célula terrorista islamista. La relativa libertad de expresión que permitió durante todo su mandato no impidió que creciera en el país una oleada de descontento hacia su gestión. La crisis económica, el paro y la ausencia de democracia fueron los detonantes de la revolución que terminó con su caída, el 11 de febrero del 2011. El 2 de febrero Mubarak fue condenado a cadena perpetua por su complicidad en las muertes de 850 manifestantes.