El auge de los populismos en Europa

Los ultras de Marine Le Pen sacan pecho

La presidente del Frente Nacional, Marine Le Pen, saluda a una simpatizante en Brachay.

La presidente del Frente Nacional, Marine Le Pen, saluda a una simpatizante en Brachay.

ELIANNE ROS
PARÍS

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Los socialistas franceses tienen razones para notar escalofríos en el espinazo. El fulgurante ascenso de la ultraderecha, vaticinado por las encuestas, ha empezado a traducirse en las urnas. Por tercera vez consecutiva, el Frente Nacional (FN) ha eliminado a la izquierda en una elección parcial. Para cerrar el paso al partido de Marine Le Pen, el Gobierno de François Hollande ha llamado a votar a la derecha en la segunda vuelta de las cantonales de Brignoles (sur del país). A menos de seis meses de las municipales y con el principal partido conservador, la UMP, dividido y sin rumbo, la extrema derecha está dispuesta a asaltar el poder.

La situación ha disparado todas las alarmas en el Elíseo.  Lo sucedido en Brignoles recuerda demasiado al escenario de las presidenciales del 2002, cuando el primer ministro socialista Lionel Jospin perdió ante Jean Marie Le Pen. El padre de la actual líder del FN pasó a la segunda vuelta frente al conservador Jacques Chirac, que ganó de calle gracias a los votos de la izquierda. La UMP, ayer alborozada ante la perspectiva de un retorno de Nicolas Sarkozy tras ser exculpado en el caso Bettencourt, toma nota.

¿Como ha llegado la ultraderecha a abrirse camino entre los votantes de la izquierda y de la derecha republicana? Cabalgando sobre la crisis, la inseguridad ciudadana, la inmigración, la debilidad de la derecha y la desconfianza hacia Europa, Marine Le Pen ha ido saltando obstáculos con un discurso populista pero a la vez distanciado de la imagen xenófoba que encarnaba su padre. La estrategia de suavizar el mensaje centrándose en las preocupaciones de los sectores más desfavorecidos de la población -votantes tradicionales de la izquierda- ha dado sus frutos.

En un reciente sondeo, Marine Le Pen se ha alzado al tercer puesto en el podio de los políticos más populares. La presidenta del FN figura entre los dirigentes con más futuro, por detrás del ministro del Interior, Manuel Valls -número uno - y de Sarkozy. Con una cota del 23% de opiniones favorables -la más baja desde que llegó al poder en mayo del 2012-, Hollande se sitúa en los últimos puestos de la lista.

EL DECLIVE DE HOLLANDE / Acosado por la crisis, el presidente paga decisiones dolorosas, especialmente un incremento del 30% de los impuestos, reformas incomprendidas y una clamorosa falta de autoridad ante las disensiones entre los miembros del Gobierno.

El último episodio protagonizado por Valls y la ministra de la Vivienda, la ecologista Cecile Duflot, a raíz de las declaraciones del titular de Interior sobre la falta de integración de los gitanos fue bastante sonado. Duflot acusó a Valls de «traspasar los límites del pacto republicano». El ministro, que se define como el «arma anti-FN del Gobierno» no solo no rectificó sino que calificó de «insoportable» el ataque.  Consciente de que la popularidad de Valls radica en gran parte en su discurso de firmeza con la delincuencia y con la inmigración, Hollande guardó un elocuente silencio.

Convertido en principal baza del presidente para contrarrestar la línea favorita de ataque de la derecha y de la extrema derecha, el ministro del Interior parece intocable. En los próximos días, emprenderá una «una gira anti-FN» por los feudos del partido de Marine Le Pen. La expectativa de voto de la extrema derecha en las municipales se sitúa en el 16%, no muy lejos del récord del 17% alcanzado en las presidenciales del 2002.

ALTA ABSTENCIÓN / En las cantonales de Brignoles, el candidato del FN, Laurent Lopez, obtuvo el domingo el 40% de los votos, y la aspirante de la UMP, Catherine Delzers, el 21%. El candidato apoyado por el PS, el comunista Laurent Carratala, se quedó en el 14,6%. Aunque la votación estuvo marcada por una abstención desaforada, del 66%, no deja de ser una población donde en el 2012 ganó la izquierda. Pero no se trata de un caso aislado. El pasado mes de junio, el escenario se reprodujo en las legislativas parciales de Vileneuve-sur-Lot y de Oise. Alarmantes precedentes.