Licencia para matar

Nadie ha confirmado aún los motivos por los que Chris Harper Mercer sumó su nombre el jueves en el campus de Umpqua, en Roseburg (Oregón), a la larguísima e infame lista de autores de matanzas con armas de fuego en Estados Unidos, ni se han dado explicaciones contundentes ni convincentes sobre su estado mental.

Lo que se sabía seguro ayer es que el arsenal que acumuló y usó para matar a nueve personas y herir a otras siete antes de ser abatido por la policía fue adquirido con todas las de ley.

Harper Mercer -blanco, 26 años, «solitario y silencioso», según algunas descripciones, y «raro e inquietante», según otras- se plantó en el campus con seis armas, incluyendo un rifle estilo asalto y varios pistolas, además de un chaleco reforzado con placas de acero con cinco cargadores extra. En solo 10 minutos provocó la peor matanza de este tipo en toda la historia de Oregón.

Siete armas más y más munición se hallaron en la casa, en la cercana localidad de Winchester, donde el joven -que según algunas informaciones nació en el Reino Unido- se mudó con su madre en el 2013 tras pasar la mayor parte de su vida en Torrance (California).

Y las 13 armas (además de una que había devuelto a una tienda) fueron compradas «legalmente» a lo largo de los tres últimos años por Harper Mercer o por familiares suyos, según explicó ayer Celina Nuñez, una portavoz de la oficina federal de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos.

LO LEGAL Y LO RACIONAL

Lo legal y lo racional no siempre van de la mano, como ha vuelto a quedar claro en Oregón. No todos en Estados Unidos, comparten la visión del presidente, Barack Obama, de que ha pasado la hora de hacer algo. Y en ese grupo se incluye John Hanlin, el sheriff, la principal autoridad policial local en esta última matanza.

En enero del 2013, solo unos meses después de que Obama intentara reforzar leyes de control de armas tras la masacre en una escuela de Newtown (con 20 niños y seis adultos muertos), Hanlin escribió una carta al vicepresidente, Joe Biden, que estaba al frente del esfuerzo del Obama.

«El control de armas NO es la respuesta para prevenir atroces crímenes como tiroteos escolares -escribió-, Cualquier acción de la Administración contra la Constitución y los derechos de la segunda enmienda serán irresponsables y un insulto indiscutible al pueblo americano»,

NUEVAS REGULACIONES

Hanlin, que en aquella misiva anunciaba también que se negaría a aplicar nuevas regulaciones, insistió ayer en que su postura no ha cambiado, y en una rueda de prensa informativa sobre la matanza de Umpqua recordó que «Oregón es un estado donde se caza y las armas de fuego son populares en muchos hogares».

El sheriff no está solo. En una armería que visitó un reportero de The Guardian, a quien se criticaba era a Obama y había quien aseguraba que «el resultado habría sido distinto si un profesor hubiera estado armado». Era una referencia a la política del campus atacado, declarado zona libre de armas, aunque en el estado de Oregón es legal portarlas si no se hace a la vista.

A esa política se refirió, también criticando a Obama, Mike Huckabee, candidato a la nominación presidencial republicana. Y contibuaba un duelo politizado. Biden recordaba ayer que «la segunda enmienda no dice que puedas tener un bazooka o un F-15 con misiles hellfire». Donald Trump, mientras, simplemente decía que «estas cosas pasan».