"Madre, no llores por mí. Este mundo no nos quiere"

"Madre, por favor, no sufras por mí. No llores por mí. No quiero que lleves vestidos negros el día de mi muerte". Con estas palabras Reyhaneh Jabbari se despidió de su madre, Shole Pakravan, antes de ser ejecutada el pasado sábado en Teherán. La joven dejó a su madre un mensaje de audio que ha sido difundido el Consejo Nacional de la Resistencia de Irán. "Este mundo no nos quiere, mamá. El tribunal de Dios escuchará mis razones, y solo allí encontraré justicia. Allí los jueces no pisotearán mis derechos, allí escucharán mis palabras y entenderán que a veces la realidad es muy diferente de lo que parece", dejó dicho Reyhaneh.

La chica iraní estaba en la cárcel de Evin desde hace siete años, acusada de haber matado a Morteza Abdolali Sarbandi, un empleado del Ministerio de Inteligencia de Irán que intentó violarla en el 2007. Aunque admitió haberlo acuchillado una vez, siempre ha dicho que no fue ella quien le mató, si no otro hombre.

Antes de morir, Reyhaneh subrayó una vez más que si no se hubiera defendido la noche en la cual Morteza intentó violarla, seguramente habría muerto. En su último mensaje a la madre, dijo: "Mi cuerpo habría sido descubierto en algún cruce de la ciudad pocos días después, te habrían llamado los policías para identificarme y en aquel momento habrías aprendido, además, que alguien había abusado sexualmente de mi antes de matarme". 

La campaña en su favor

El caso de esta chica de 26 años desencadenó una campaña internacional para su liberación. Sin embargo, el pasado sábado, 25 de octubre, las autoridades iranís llevaron a cabo su ejecución por ahorcamiento.

La petición para la liberación de Reyhaneh de la cárcel, en la cual ella dijo haber sido torturada, llegó a las 242.000 firmas. La campaña no le ha salvado la vida, aunque le haya permitido sobrevivir diez días más con respecto a la fecha establecida para la ejecución. Según la voluntad de la joven, sus órganos serán donados.