Un protagonista conmovedor

«Las manos de mis dos hijos se escaparon de las mías»

Aylan (izquierda) y Galip Kurdi, en una foto facilitada por la familia.

Aylan (izquierda) y Galip Kurdi, en una foto facilitada por la familia.

EL PERIÓDICO
TORONTO / ANKARA

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Aylan Kurdi, el niño sirio cuyo cuerpo sin vida se ha convertido en el símbolo del drama de los refugiados sirios, fue rechazado en junio como refugiado junto con su familia por Canadá, según revelaron ayer medios de comunicación canadienses.

Los cadáveres de Aylan, de 3 años, de su hermano Galip, de 5, y de la madre de ambos, Rehan, procedentes de la localidad siria de Kobani, fueron encontrados el miércoles en una playa de Bodrum (Turquía) tras hundirse el bote con el que intentaban alcanzar la isla griega de Kos. El padre, Abdulá Kurdi, fue el único miembro de la familia que sobrevivió.

La familia Kurdi había intentado viajar a Canadá como refugiada, pero su solicitud fue denegada por el Gobierno conservador del primer ministro Stephen Harper. Así lo confirmó Teema Kurdi, tía de los dos niños fallecidos, residente en Vancouver desde hace 20 años. «Yo misma me encargué de tramitar la solicitud para que vinieran a vivir conmigo, pero fue rechazada. Por eso decidieron subirse a esa barca», relató ayer, completamente desolada.

Fin Donnelly, diputado del socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD) de Canadá, explicó que él mismo había entregado al ministro de Inmigración, Chris Alexander, la carta para patrocinar el refugio de los Kurdi, a la que este se comprometió a responder. Pero el ministro nunca cumplió su promesa y en junio la petición fue denegada sin ofrecer razones.

CONMOCIÓN / La tragedia ha conmocionado al país norteamericano, donde el Gobierno ha sido duramente criticado por oenegés y por la ONU por su respuesta a la crisis de los refugiados sirios. Tradicionalmente abierto a inmigrantes y asilados, Canadá solo ha aceptado 1.060 refugiados sirios desde mediados del 2013, según cifras oficiales.

Al propio líder del NPD se le saltaron las lágrimas cuando le preguntaron por Aylan. Tom Mulcair admitió que «como padre y abuelo, es insoportable que no hagamos nada. Canadá tiene la obligación de actuar y sería demasiado fácil empezar a señalar con el dedo», afirmó.

Canadá ofreció ayer asilo a Abdulá Kurdi, que, tras rechazarlo, aún tuvo fuerzas para relatar la dramática muerte de su esposa e hijos: «En el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano, pero las de mis dos hijos se me escaparon». Ahora, dijo, solo desea regresar a Kobani y enterrar a sus seres queridos junto a otros 16 familiares que murieron en la guerra contra el Estado Islámico. «Pasaré el resto de mi vida allí», declaró.