SUSTO EN LA COSTA NORORIENTAL NIPONA

Japón revive el fantasma del devastador tsunami del 2011

Un empleado ferroviario informa sobre la interrupción temporal del tren bala hacia el norte, ayer en Tokio.

Un empleado ferroviario informa sobre la interrupción temporal del tren bala hacia el norte, ayer en Tokio.

ADRIÁN FONCILLAS
PEKÍN

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Un fuerte terremoto en la costa de Japón agitó ayer los edificios incluso en Tokio y alimentó durante horas el temor a un nuevo tsunami como el que el año pasado barrió el litoral con olas de decenas de metros y segó la vida de miles de japoneses. Por suerte, al final del día no constaban esta vez importantes daños materiales y la policía limitó a 10 los heridos. Tampoco se registraron problemas en las centrales nucleares.

El seísmo tuvo una fuerza de 7,3 grados en la escala Richter, según la Agencia Meteorológica de Japón (AMJ). Se produjo a las 17.18 (hora local) en la costa del Pacífico, a unos 10 kilómetros de profundidad del lecho marino y frente a la prefectura de Miyagi. Es la misma zona que fue devastada en marzo del 2011 por el tsunami que causó 19.000 muertos. El seísmo se sintió en las zonas cercanas. También en la capital, a varios cientos de kilómetros al sur, los edificios temblaron durante minutos. Los vuelos se suspendieron en el aeropuerto tokiota de Narita mientras los operarios certificaban la ausencia de daños.

La actividad política quedó suspendida durante horas. El primer ministro, Yoshihiko Noda, canceló sus actos de campaña para los cruciales comicios de este mes. El incremento presupuestario para protegerse de los tsunamis, sobre todo en el reforzamiento de los edificios, es una de las medidas a debate.

PROTOCOLO / El seísmo disparó el protocolo habitual. Las autoridades alertaron del peligro de olas de dos metros sobre la costa. A la ciudad de Ishinomaki llegó una ola de apenas un metro 50 minutos después del seísmo. La preocupación sobre un nuevo devastador tsunami se fue atenuando a medida que pasaban las horas. El Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico, situado en Hawái, descartó «un tsunami importante y destructivo», aunque también alertó de que los seísmos de gran magnitud como el de ayer pueden provocar «tsunamis locales con capacidad destructiva en las costas». Otro peligro añadido son las fuertes réplicas que ha pronosticado la AMJ.

La alarma del tsunami alteró la vida de las zonas más cercanas. Todos los trenes en Miyagi fueron detenidos y se cerró el aeropuerto de Sendai. También el tráfico quedó suspendido en varios puntos para comprobar la salud de las carreteras. Las líneas telefónicas sufrieron una sobrecarga y fue difícil contactar con los residentes de Miyagi.

MIEDO INSTANTÁNEO / El miedo al tsunami fue instantáneo después del temblor. La televisión NHK interrumpió su programación para alertar sobre el peligro. «Recuerden el terremoto y el tsunami del año pasado. Avisen a sus vecinos y huyan inmediatamente a zonas más altas», pedía el presentador. «Ya está muy oscuro y no podemos comprobar si la gente cumple las consignas. Los teléfonos móviles y fijos no funcionan, y eso complica las cosas», dijo a la agencia AFP Ryuichi Omori, de la alcaldía de Minamisanriku, una de las ciudades más afectadas el pasado año.

Japón revivió el fantasma del 11 de marzo del 2011, que desató una cadena de desastres sin precedentes. Un seísmo de 9 grados a unos 100 kilómetros de la costa provocó olas gigantescas y las imágenes turbaron al mundo: la lengua marina avanzando sin freno, barcos empujados como peleles, restos de coches esparcidos por el litoral, pueblos desaparecidos en segundos, cadáveres devueltos por el mar... Murieron miles y centenares de miles se hacinaron en centros de refugiados. La atención pronto viró de las víctimas a la nuclear de Fukushima. La crisis ha provocado el cierre de todos los reactores excepto dos y la reformulación de la política energética.