Irlanda, al revés que España: Los partidos logran un acuerdo y evitan nuevas elecciones

Kenny, del Fine Gael, continuará al frente del Ejecutivo con el apoyo de su rival, el Fianna Fáil

El primer ministro irlandés Enda Kenny, saluda tras votar en un colegio electoral en Castlebar, Irlanda.

El primer ministro irlandés Enda Kenny, saluda tras votar en un colegio electoral en Castlebar, Irlanda. / periodico

BEGOÑA ARCE/LONDRES

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Irlanda tendrá un Gobierno en minoría, gracias a un acuerdo alcanzado entre las dos principales formaciones políticas del país, tras unas negociaciones calificadas por uno de sus participantes de, “tortuosas, largas y en algunos momentos difíciles”.  

Dos meses después de las elecciones generales, que acabaron sin mayoría suficiente para ningún partido, Enda Kenny, del Fine Gael, continuará al frente del Ejecutivo. Kenny y los suyos obtuvieron el mayor número de votos, pero no los necesarios para repetir la coalición que había presidido con el partido Laborista en la legislatura anterior.  

Tras interminables contactos y discusiones, su más poderosos e histórico rival, el Fianna Fáil de Micheál MartinMicheál Martin, se ha comprometido a apoyarle en la aprobación de tres futuros presupuestos, al igual que en otras votaciones parlamentarias importantes. De esta forma se rompe el ‘impasse’ en el que se hallaba sumido el país, y se evitan nuevas elecciones generales.

El Gobierno minoritario presidido por Kenny debería con este acuerdo mantenerse en el poder durante tres años. A lo largo del fin de semana los dos partidos terminarán de redactar los términos del pacto, que será presentado a sus respectivos miembros.  

El Fine Gael mantendrá también contactos con los partidos parlamentarios independientes para recabar su apoyo, de manera que Kenny pueda ser investido Taoiseach (primer ministro) el próximo miércoles en el parlamento de Dublín.

RECUPERACIÓN ECONÓMICA

En Febrero, a pesar de la recuperación económica de la isla, los irlandeses castigaron al Fine Gael por los brutales recortes impuestos en los servicios y ayudas sociales y por hacerles pagar la crisis, provocada por el desplome de los bancos irlandeses.

Eso mismo ocurrió en la elección anterior, pero entonces el castigado fue el Fianna Fáil, que estaba al frente del gobierno cuando se produjo el derrumbe de la economía y negoció el doloroso rescate con los organismos internacionales.

En la última elección el Fine Gael logró 50 escaños una cifra muy por debajo de los 76 que obtuvo en el 2011. El Fianna Fáil consiguió 44 diputados, contra los 20 de hace cinco años. El Sinn Féin, que se ha mantenido al margen de las discusiones para la formación de gobierno, se convirtió en la tercera fuerza política con 23 diputados.

El partido de Gerry Adams hizo una campaña antiausteridad que le resultó muy provechosa. En cambio los laboristas pagaron caro el haber formado parte de la coalición con Kenny.

La formación centrista se hundió, pasando de 37 a 7 diputados. La fragmentación del voto ha supuesto la presencia en la Cámara baja de Dublín (Dáil) de numerosos partidos independientes y ha hecho aún más difícil alcanzar un acuerdo para formar un nuevo ejecutivo.  

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