El secuestrador de Cleveland murió de asfixia autoerótica, según un nuevo informe

El documento se basa en el hecho que Ariel Castro tenía pantalones y ropa interior "bajados hasta los tobillos" en el momento de su muerte

Ariel Castro, durante el juicio por el secuestro y violación de tres mujeres, el pasado mayo en Ohio.

Ariel Castro, durante el juicio por el secuestro y violación de tres mujeres, el pasado mayo en Ohio. / ed/ljm/kb

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Ariel Castro, quien secuestró, violó y maltrató durante una década a tres mujeres en Cleveland (EEUU) y apareció ahorcado en su celda el pasado 3 de septiembre donde cumplía cadena perpetua, pudo morir de "asfixia autoerótica" y no de un suicidio como se pensó en un principio, según un informe del Departamento Correccional y de Rehabilitación del estado de Ohio divulgado el jueves.

"No parece haber motivación conocida o justificada" para un suicidio, señala el informe, que relata que Castro tenía los pantalones y la ropa interior "bajados hasta los tobillos" cuando fue hallado muerto en su celda del centro penitenciario de las afueras de Columbus (Ohio) donde cumplía condena. Este detalle hace considerar a los autores del informe "la posibilidad de una asfixia autoerótica".

La asfixia autoerótica es una práctica que consiste en obtener placer a través de la disminución de la respiración durante la actividad sexual o la masturbación. No se encontró ninguna nota de suicidio de Castro, quien no había mostrado tendencias suicidas en varias evaluaciones que se le practicaron, añade el nuevo informe.

Sin vigilancia

La investigación del Departamento Correccional de Ohio concluye también que dos guardias de la prisión falsificaron los registros de su vigilancia a Castro en las horas previas a su muerte. Los vídeos de la prisión mostraron que esos guardias se saltaron al menos ocho de las revisiones que debían hacer cada media hora a la celda de Castro en la tarde anterior a su fallecimiento.

Castro, de 53 años, estaba bajo vigilancia estrecha en prisión, pero no contaba con protección frente al suicidio. Su abogado, Craig Weintraub, denunció en su momento que las autoridades penitenciarias rechazaron una petición para que un psicólogo forense examinara las "tendencias suicidas" de su cliente.