INTENSIFICACiÓN DE LAS OPERACIONES EN EL ESTE UCRANIANO

El Ejército de Ucrania estrecha el cerco sobre el bastión rebelde

Un convoy de vehículos acompaña a los restos mortales de las víctimas holandesas, tras la ceremonia en la base aérea de Eindhoven, ayer.

Un convoy de vehículos acompaña a los restos mortales de las víctimas holandesas, tras la ceremonia en la base aérea de Eindhoven, ayer.

MARC MARGINEDAS

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La carretera en dirección a Krasnoarmiisk se reduce a una estrecha vía de dos carriles en ambos sentidos en cuanto se aleja del casco urbano de Donetsk. Conscientes de la intensa  actividad bélica que ha tenido lugar en los últimos días, pocos, muy pocos vehículos se atrevían, a mediodía de ayer, a adentrarse en la ruta, flaqueada por una frondosa vegetación.  Es, además, un viaje a ninguna parte, de unos pocos minutos de duración: a medio kilómetro de la entrada del barrio de Pishky, ya en las afueras de Donetsk, a la altura de un puesto avanzado de las tropas prorrusas defendido por una tanqueta, un miliciano exaltado da el alto a todo aquel que intenta avanzar y le obliga a dar media vuelta.

«Han estado bombardeando toda la noche», explica Oleg Strazhen. El día anterior, precisamente en Pishky, las tropas rebeldes en el este de Ucrania mostraron orgullosas los restos de los últimos combates con el Ejército ucraniano. Ayer, las tornas parecían haber cambiado, y la animadversión hacia los visitantes confirmaba las informaciones de que las fuerzas gubernamentales estrechaban el cerco a la ciudad.

VARIAS LOCALIDADES / Desde Kiev, el Gobierno ucraniano, que califica de «terrorista» a la oposición, informó de que sus unidades posicionadas en torno a la principal ciudad de la región minera de Donbass, uno de los dos feudos opositores en el este de Ucrania, se habían hecho con el control de varias localidades de los arrabales, al tiempo que habían constatado la retirada de sus enemigos hacia el centro de Donetsk. Igor Girkin Strelkov, comandante de la Milicia Popular del Donbass, admitió el abandono de sus posiciones por parte de sus hombres, un repliegue que calificó de táctico. «Hemos dejado Karovka, también Netaiovo y Piervomaiskoye. Las pequeñas fuerzas que teníamos allí podían ser cercadas y aniquiladas», indicó el líder militar prorruso, insistiendo en que el movimiento de tropas y material bélico fue «ordenado» y «con bajas insignificantes», según informa Efe.

No parece probable que las fuerzas lealistas ucranianas vayan a querer enzarzarse en un combate urbano y adentrarse en la ciudad, un escenario bélico que, aunque semivacío, siempre ofrece ventajas a los defensores sobre los atacantes. El propio Strelkov, omnipresente con su fino bigote en multitud de pasquines y vallas publicitarias de Donetsk instando a los lugareños a alistarse, cree que sus enemigos se van a limitar a bombardear con artillería la localidad con el fin de obligar a las milicias prorrusas a abandonarla.

Donetsk, un día más, mostró un aspecto de ciudad semiabandonada, con escasa circulación por las calles y habitantes clamando por el cese de la guerra. «¿A quién beneficia todo esto; no hay trabajo, las tiendas están cerradas; la gente muere», se lamenta Oleg Strazhen, al mando de un vehículo de fabricación checa. «Aquí, todos los documentos oficiales, los carteles, están en ucraniano, pero en Donbass solo se habla ruso; el Gobierno no quiere reconocer que existe una segunda lengua en el país», se queja con amargura. «No buscamos la independencia, pero Kiev no quiere aceptar un Estado federal, e insiste en imponernos un Estado unitario», concluye.

La intensificación de los combates también afectó a la zona cercana donde se produjo el derribo del avión malasio. Dos cazas ucranianos Sujoi SU-25 fueron abatidos por las defensas antiaéreas opositoras, a unos 25 kilómetros de Grabovo. En la guerra de propaganda  que libran ambos bandos, Kiev -de forma sorprendente, ya que en una guerra se suelen minimizar o silenciar las pérdidas propias- fue el primero en informar del incidente, consciente de que el derribo reforzaba sus acusaciones de que las milicias prorrusas habían abatido el Boeing malasio.

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