El Ejército de Turquía mata a un centenar de militantes del PKK

Un total de 10.000 militares participan desde hace varios días en la ofensiva en el Kurdistán

Manifestantes protestan en Estambul contra las operaciones del Ejército turco en el Kurdistán.

Manifestantes protestan en Estambul contra las operaciones del Ejército turco en el Kurdistán. / SEDAT SUNA / EFE

JAVIER TRIANA

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Un centenar de supuestos miembros del grupo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han muerto a manos del Ejército de Turquía en cinco días de operaciones militares en el sureste del país eurasiático. No obstante, los cómputos totales de guerrilleros del PKK abatidos en esos cinco días varía según la fuente: el diario izquierdista Today's Zaman Today's Zamanhabla de 93 muertos, mientras que la agencia de noticias estatal Anadolu sitúa el número en 110 y el progubernamental Daily Sabah eleva esa cifra a 128. Todos ellos citan fuentes militares.

Estos números son el resultado de las acciones del Ejército en las provincias surorientales turcas de Sirnak, Diyarbakir y Mardin, iniciadas el pasado día 16 y durante las cuales han perdido la vida dos soldados, y 23 de ellos, entre policías y militares, han resultado heridos. Las muertes de los soldados se produjeron durante enfrentamientos armados en las localidades de Sur Silopi.

Cizre fue la localidad más golpeada por los operaciones del Ejército de Turquía, con 78 milicianos del PKK muertos allí. Por número, Sur se llevó el dudoso honor de segundo punto más afectado, con 16 caídos. Tanto Cizre como Silopi, situadas en la zona fronteriza de Turquía con Siria e Irak, permanecen bajo toque de queda desde el pasado día 14, una medida a la que ya han sido sometidas en repetidas ocasiones este año so pretexto antiterrorista. En Sur, el toque de queda dura ya tres semanas. Un número indeterminado de vecinos ha huido de estas ciudades antes de que éste se pusiera en marcha.

APOYO DE TANQUES Y BLINDADOS

Para la operación iniciada el pasado miércoles, el Ejército turco destinó 10.000 militares con apoyo de tanques blindados con el objetivo de eliminar a los jóvenes simpatizantes del PKK de las zonas urbanas, donde hay montadas barricadas trincheras para plantar cara a las fuerzas de seguridad. Muchas de las operaciones militares consisten precisamente en rellenar las citadas trincheras en un intento por restaurar la autoridad estatal. Según el Ejército, uno de los objetivos consiste en “permitir que los civiles continúen con sus vidas de manera normal”.

Desde que en julio el PKK (considerado una organización terrorista también por la Unión Europea y Estados Unidos) rompió el alto el fuego alto el fuego, el Ejército turco ha matado a más de 1.700 de sus miembros en todo el país y en el norte de Irak, donde tienen su cuartel general, también mediante el uso de bombardeos aéreos. Por su parte, el PKK ha acabado con unos 200 miembros de las fuerzas de seguridad recurriendo en gran parte a explosivos caseros colocados en carreteras por las que circulaban convoyes militares. Unas 200.000 personas se han visto desplazadas de sus hogares por estos enfrentamientos desde julio.

Este reinicio de las hostilidades ha echado por tierra las esperanzas de un final pacífico a un conflicto iniciado en los años 70 y que llevaba dos años de fructíferas negociaciones de paz.