EEUU y la UE piden más sanciones a Rusia por la ofensiva en Ucrania

Kiev declara el estado de emergencia en Donetsk y Lugansk ante el fracaso efectivo del alto el fuego

Vehículos carbonizados por un bombardeo en el barrio de Vostochniy, en Mariupol, ayer.

Vehículos carbonizados por un bombardeo en el barrio de Vostochniy, en Mariupol, ayer.

EL PERIÓDICO / KIEV / BRUSELAS

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Tras la escalada militar en Ucrania, la escalada verbal. Líderes políticos de países miembros de la UEdirigentes de la OTAN y el presidente de Rusia se enzarzaron ayer en un durísimo e inusitado intercambio de reproches y acusaciones, justo en un momento en que la UE había iniciado un debate interno para estudiar la conveniencia de levantar parcialmente algunas de las sanciones impuestas sobre Rusia. El incesante goteo de muertos registrado en las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk y en las ciudades colindantes bajo control gubernamental durante los últimos días, amén de la intensificación de los combates en numerosos frentes del este de Ucrania, permitían certificar a los observadores que el alto el fuego negociado en Minsk (Bielorrusia) en septiembre entre representantes de Kiev, Moscú y los rebeldes prorrusos bajo los auspicios de la OSCE estaba oficiosamente muerto.

El primer dirigente de peso en lanzar sus dardos acusadores fue el presidente de Polonia, Bronislaw Komorowski. En una rueda de prensa celebrada por la mañana en Varsovia y convocada a raíz de la ofensiva lanzada por el bando rebelde contra la estratégica ciudad costera de Mariupol, que había causado tres decenas de muertos, el jefe del Estado polaco se pronunció en favor de intensificar las sanciones a Moscú. «La respuesta del mundo occidental debe ser muy firme; en mi opinión, la UE debería plantear el tema del reforzamiento de las sanciones», exigió Komorowski.

Respuesta de Moscú

La respuesta desde el lado ruso no se hizo esperar y vino de la mano del propio líder del Kremlin, Vladímir Putin, de visita a una universidad de San Petersburgo. Putin declaró, en tono aparentemente provocativo, que el Ejército ucraniano no era «un Ejército», sino «una legión extranjera». «Una legión extranjera de la OTAN» con la misión, según el líder del Kremlin, de «contener a Rusia», lo que, en su opinión, «no coincide con los intereses del pueblo ucraniano».

La propia OTAN y EEUU no quisieron permanecer en silencio ante la escalada militar y verbal en Ucrania. El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, arremetió con dureza contra el Gobierno ruso y recordó a Moscú que «las únicas fuerzas extranjeras en Ucrania eran las rusas». En tono ya abiertamente amenazador, el secretario norteamericano del Tesoro, Jack Lew, recordó que su país disponía de «más herramientas» para presionar a Moscú. «Hemos visto que las sanciones funcionan y crean problemas reales a la economía rusa», advirtió. A petición de Kiev, los embajadores de la OTAN y Ucrania mantuvieron en Bruselas una reunión extraordinaria, al término de la cual condenaron duramente la ofensiva rebelde. La UE, por su parte, convocó otro encuentro no ordinario de los ministros de Exteriores de los Ventiocho para este jueves. Ucrania decretó el estado de emergencia en Donetsk y Lugansk, e impuso el estado de alerta en todo el territorio.

Esta escalada verbal y militar constituye un jarro de agua fría para las expectativas de distensión que se habían generado en las últimas semanas. La alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Federica Mogherini, había planteado en un documento que incluso contaba con el visto bueno del presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, una suerte de hoja de ruta que planteaba la posibilidad de congelar el contencioso en torno a la anexión de la península de Crimea -que la UE rechaza- y levantar algunas de las sanciones a Rusia a cambio de un cese efectivo de las hostilidades en Donetsk y Lugansk.

Pero esta posibilidad se aleja a gran velocidad con el paso de las horas, ya que la situación sobre el terreno sigue patrones diametralmente opuestos. La ciudad costera de Mariupol enterró ayer a algunos de la treintena de fallecidos en los últimos días como consecuencia de los bombardeos con artillería de las milicias prorrusas, cuyos proyectiles cayeron en aparcamientosescuelasmercados y hogares. En el caso de que Mariupol acabara cayendo, los prorrusos contarían con un corredor terrestre uniendo Donetsk con la península de Crimea, anexionada por Rusia en marzo.

En la pequeña localidad de Debaltseve, junto a la carretera y a la linea de tren entre Lugansk y Donetsk, que conforma un saliente en el frente bajo el control de las tropas lealistas, las milicias prorrusas intentaban cerrar el cerco abriéndose paso con intenssos bombardeos. Cerca de Donetsk, en una mina de carbón, unos 500 mineros permanecían dentro de un pozo sin poder salir por un corte eléctrico.