GUERRA EN UN PAÍS DEL ESTE DE EUROPA

Detenidos ocho españoles tras combatir en Ucrania

Un detenido posa con su arma.

Un detenido posa con su arma.

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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Este viernes por la mañana, al ver las furgonas del Cuerpo Nacional de Policía, los vecinos de El Congrés estaban convencidos de que en ese barrio barcelonés se había desarrollado la enésima operación contra las redes yihadistas. El imponente operativo policial, similar al que se despliega en los casos de terrorismo islámico, así lo indicaba. Poco después descubrieron sorprendidos que el detenido era un joven que había vuelto a España tras desplazarse al este de Ucrania para combatir en las filas de los secesionistas prorrusos.

El detenido en Barcelona es uno de los ocho jóvenes que este viernes fueron arrestados de forma simultánea en seis comunidades autónomas --Catalunya, Madrid, Asturias, Extremadura, Murcia y Navarra--, en la que es la primera operación policial llevada a cabo en Europa contra redes de apoyo a los separatistas prorrusos.

Tres de los detenidos son exmilitares españoles del Ejército de Tierra y dos llegaron a aparecer en todos los medios el pasado agosto anunciando su decisión de unirse a las milicias prorrusas. Todos comparten la ideología de extrema izquierda y algunos forman parte de grupos antifascistas. Según su relato a la policía, esos jóvenes fueron a Ucrania convencidos de que las tropas secesionistas combatían por mantener la unidad de una Rusia que los detenidos siguen viendo como adalid del comunismo y freno del capitalismo occidental y para combatir a un Gobierno ucraniano que asocian al fascismo. Fuentes de la investigación explicaron que en casi todos los casos esos jóvenes comenzaron por contactar vía Twitter con los rebeldes prorrusos, a los que transmitieron el deseo de unirse a ellos.

UN KALASHKNIKOV Y UN UNIFORME

Una vez allí, según han relatado a la policía, recibieron un fusil kalashnikov de última generación, así como un uniforme de combate y entrenamiento militar. De los detenidos, la policía tiene indicios de que al menos uno sí participó en combates, mientras que el resto eran utilizados sobre todo para labores propagandística. Los detenidos se habían integrado en las Brigadas Internacionales de Donbas y algunos acabaron creando la Brigada de Carlos Palomino, en honor de un joven asesinado en el 2007 por un neonazi en Madrid.

En la vivienda del detenido en Barcelona, los policías encontraron una pistola, una escopeta, una mira telescópica, así como uniformes, medallas y condecoraciones. La investigación ha sido coordinada por el juzgado de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional. En un primer momento, la Policía informó que a los detenidos se les acusa de participación en delitos de asesinato, tenencia de armas y explosivos y actos que atentan contra los intereses de España en el exterior.

Dejando aparte la posesión de armas y explosivos, que la policía puede probar mediante los registros y los vídeos que ellos mismos colgaron en internet, el resto de acusaciones pueden ser difíciles de sustentar penalmente. La razón es que la legislación española no castiga el hecho de ir a combatir al extranjero. Esa acción solo es delito cuando el individuo se une a un grupo terrorista y las milicias prorrusas del este de Ucrania no han sido catalogadas así.

VIOLAR LA NEUTRALIDAD

La ambigüedad de la acusación hizo que, horas después de la detención, desde el propio Ministerio de Interior se informara de un nuevo cargo, el de violar la neutralidad de España en un conflicto, que puede estar castigado con penas de entre cuatro y 15 años de cárcel.