Cita clave en La Habana

Colombia y las FARC inician en Cuba una fase clave de sus negociaciones

Con una agenda de cinco temas esenciales, las partes buscan sentar bases sólidas para terminar el sangriento conflicto armado

La delegación del Gobierno de Colombia, a su llegada a La Habana, el domingo.

La delegación del Gobierno de Colombia, a su llegada a La Habana, el domingo. / AE/gln

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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El Gobierno de Colombia y lasFARCdeben iniciar este lunes en La Habana (Cuba) lasnegociacionesque buscan poner fin a unconflicto armado de casi cinco décadas. Antes de viajar a Cuba, el jefe de la delegación gubernamental, Humberto de la Calle, dijo que es "momento de definiciones y no de discursos". De la Calle subrayó lo que ha venido diciendo el presidente colombiano,Juan Manuel Santos: el Gobierno no cesará sus operaciones porque "tiene claro el norte a seguir".  Ese norte, aseguró el jefe de la delegación oficial es ceñirse al acuerdo suscrito en agosto con la guerrilla.

"El Gobierno y la guerrilla han dicho por separado algo en lo que coincidimos: a La Habana no llegamos a negociar concesiones de sociedad, no vamos a negociar el modelo de desarrollo de Colombia ni las políticas del Gobierno, tampoco le estamos pidiendo a las FARC que abandonen sus ideas o que las negocien", dijo De la Calle. "Esperamos que muestren que ellos piensan que es el momento de lasfuerzas de las ideas, y no el de la fuerza de las balas, y menos el de la combinación de ambos", añadió.

Meses atrás, el Gobierno y la guerrilla establecieron un marco de discusión que girará alrededor decinco puntos: desarrollo agrario integral, participación política,fin del conflicto, solución al problema de lasdrogasilícitas y la cuestión de lasvíctimas que ha dejado el enfrentamiento. De la Calle ha explicado que "la sociedad en su conjunto podrá participar con propuestas concretas que nutran la discusión de los cinco puntos de la agenda, a través de una página web y otros mecanismos que se darán a conocer en el transcurso de los próximos días".

Dudas sobre el diálogo

La reunión de La Habana coincide con otro tema sensible para el Estado colombiano: el Tribunal de La Haya debe pronunciarse sobre un litigio marítimo que ese país tiene con Nicaragua. De los todos temas, naturalmente es el de las negociaciones con las FARC el que más expectativa concita. La reunión tenía que celebrarse el pasado 15 de noviembre pero se pospuso hasta hoy. El retraso no hizo más que alimentar ciertas dudas sobre el éxito del diálogo. En agosto, cuando se anunciaron las negociaciones, había un optimismo mayor que por estas horas respecto del resultado de lo que se decide en Cuba.

La cita en el Palacio de las Convenciones está precedida por las "interpretaciones" deldocumentobase. Para el Gobierno, la letra del documento es pristina: hay que llegar "de manera expedita y en el menor tiempo posible" a un acuerdo sobre la base de los temas incluidos en la agenda. El entorno de Santos sospecha que la guerrilla quiere ampliar el horizonte de las discusiones. Eso ha obligado a las autoridades colombianas a subrayar que aspectos "fundamentales de la vida nacional" como laConstitución, "el modelo de desarrollo" y "el concepto depropiedad privada" no forman parte de las discusiones. Una y otra vez, De la Calle la he recordado a las FARC que si quieren transformar la realidad colombiana deben hacerlo por la fuerza de los votos. Bogotá no deja de insistir al respecto que en América Latina hay dos mandatarios que hace cuatro décadas fueron guerrilleros y hoy son garantes de la vida democrática de sus países:José Mujica, en Uruguay, yDilma Rousseff, en Brasil.

Desde que se suscribió, en agosto, el llamado 'Acuerdo general para la terminación del conflicto', han sucedido varias cosas. Como apunta la revista 'Semana', "en esa transición no solo salieron a flote diferencias de interpretación entre el Gobierno y las FARC. La guerrilla aprovechó para llenar el espacio político con pronunciamientos que, desde hace una década, no tenían eco en los medios. El Gobierno ha guardado un silencio casi completo. Con razón, pues pocos procesos de paz en el mundo han tenido éxito sin la reserva en torno a lo que se discute en la mesa. Sin embargo, ha brillado por su ausencia otro elemento, también clave para el éxito: nadie está haciendo pedagogía sobre el proceso, explicando su lógica, sus fases y su necesidad".