El autor del atentado de Estocolmo confiesa que cometió un ataque terrorista

El uzbeko de 39 años Rakhmat Akilov estuvo en contacto con otros seguidores de Estado Islámico antes y después un ataque "ordenado" desde Siria

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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Suecia ya tiene entre rejas al responsable del atentado terrorista que el pasado viernes dejó cuatro muertos y hasta 15 heridos en Estocolmo. Este martes Rakhmat Akilov, el sospechoso detenido por la policía, ha admitido su culpabilidad como autor de un ataque en el corazón de la capital escandinava que, según confesó, ejecutó por “orden” directa del grupo terrorista Estado Islámico desde Siria. “(Rakhmat) admite haber cometido un acto terrorista y acepta estar en prisión preventiva”, ha asegurado su abogado Johan Eriksson tras una audiencia ante el juez a puerta cerrada.

Según ha avanzado el medio sueco Expressen, Akilov habría mantenido contacto directo con otros seguidores fieles a los yihadistas antes y después de perpetrar el ataque mediante mensajes a través de la aplicación WhatsApp. En los mensajes el detenido asegura que atropelló al menos a diez personas y que se sentía satisfecho por ello. “Conseguí todo lo que pude conseguir”, ha asegurado durante un interrogatorio con la policía sueca según unas declaraciones confidenciales filtradas al mismo diario. 

Por otro lado, la prensa rusa informa de que algunas capturas de pantalla de esas conversaciones entre radicales fueron colgadas en una página web afín al Estado Islámico. Antes de perpetrar el ataque, Akilov también habría pregunto a otros yihadistas como fabricar explosivos. El sábado la policía sueca confirmó haber encontrado un “dispositivo técnico que no debería estar en el camión” bajo el asiento del conductor. El explosivo que supuestamente llevaba consigo nunca llegó a detonarse. Pocas horas más tarde, el autor fue detenido en el suburbio de Sollentuna, al norte de la capital. La policía también capturó a un segundo sospechoso del que se desconocen más detalles.

ORDEN DE EXPULSIÓN DEL PAÍS

Este nuevo ataque terrorista, el quinto que se sirve de vehículos para causar el terror en concurridos puntos de grandes ciudades europeas en el último año, abre la puerta al espinoso debate de como afrontar las deportaciones de migrantes. El detenido, de 39 años de edad y original de Uzbekistán, llegó a Suecia en 2014 pero las autoridades le denegaron el permiso de asilo dos años después. El pasado febrero la policía iva a llegar a cabo el siguiente paso, la deportación, pero, consciente de ello, Akilov desapareció.

Padre de hasta cuatro criaturas y trabajador en el sector de la construcción, el autor del atentado terrorista que golpeó Estocolmo el pasado viernes era uno de los 10.000 casos de deportación que las autoridades policiales suecas afrentan. “Es especialmente frustrante. Si rechazan tu solicitud de asilo debes abandonar el país”, aseguró el primer ministro sueco Stefan Löfven el domingo. El año pasado el país nórdico expulsó a hasta 24.000 personas.

PRESIÓN PARA ENDURECER LAS POLÍTICAS MIGRATORIAS

El ataque terrorista en pleno corazón de la capital añade más presión al actual gobierno sueco para que endurezca las políticas migratorias. Hasta ahora el ejecutivo, controlado por la coalición formada entre socialdemócratas y verdes, ha ido modificando ligeramente su posición. Así, en 2015 Suecia fue el único país del continente junto a Alemania que abrió las puertas a los refugiados, convirtiéndose en el país que aceptaba una mayor cuota de recién llegados per capita.

Tras el aumento de las críticas y el sostenido auge del partido ultranacionalista y antiinmigración Demócratas Suecos (SD), Löfven restringió los controles fronterizos, lo que llevó junto al acuerdo de la Unión Europea con Turquía a una fuerte reducción de las llegadas y a un aumento de las expulsiones. El 9 de setiembre del año que viene Suecia afronta elecciones generales. La creciente fuerza del bloque conservador puede llevar a Estocolmo a aplicar más mano dura.