posición española ante la represión en el sáhara

El Gobierno evita las críticas a Rabat para no cortar el diálogo

El PSOE considera irresponsable a Rajoy por pedir más dureza

PILAR SANTOS
MADRID

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La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, puso ayer todo su empeño en justificar y argumentar la tibia respuesta que el Gobierno español ha dado ante la dura represión marroquí en El Aaiún. Jiménez considera que una posición más combativa podría provocar la ruptura del diálogo con Rabat sobre este asunto y abandonaría a su suerte al pueblo saharaui, que en estos momentos no cuenta ni con el apoyo de EEUU ni de Francia, que tienen en Marruecos a su aliado más fiel del Magreb. Jiménez dijo que las críticas «altisonantes» no asegurarían «una mayor respuesta» de Rabat. «Si al final se corta la interlocución, ¿cómo seríamos útiles?», se preguntó la jefa de la diplomacia española en la Ser.

La ministra no desperdició la oportunidad para recordar la buena colaboración entre Madrid y Rabat en «la lucha contra el terrorismo internacional de origen islámico», la cooperación «en la lucha contra el tráfico de drogas» y la cooperación «para controlar los grupos inmigratorios». A estos temas se refirió indirectamente el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, quien criticó la «irresponsabilidad» de Mariano Rajoy al atacar al Gobierno. Iglesias recordó que Rajoy fue ministro del Interior, por lo que conoce «cada una de las claves» de las relaciones con Marruecos.

En el Congreso, el PSOE demostró que tampoco tiene una posición clara en este asunto. Por la mañana, la diputada Fátima Aburto, anunció que se estaba redactando un comunicado conjunto sobre la violencia en el Sáhara. A lo largo del día, el resto de grupos aseguraron no haber participado en la redacción del texto, y por la noche, la dirección socialista aseguró que había sido una «iniciativa personal» de Aburto.