MÁS DE UN MILLÓN DE ASISTENTES A LAS MANIFESTACIONES

La sexta jornada de huelga en Francia, marcada por los disturbios

Trabajadores franceses bloquean esta madrugada la entrada a la refinería de Grandpuits, al este de París.

Trabajadores franceses bloquean esta madrugada la entrada a la refinería de Grandpuits, al este de París. / BT/VS

ELIANNE ROS

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La irrupción de bandas de jóvenes violentos en la manifestación de los estudiantes de instituto de Nanterre --periferia de París-- ha vuelto a empañar la movilización estudiantil en el inicio de la sexta jornada de huelga que vive Francia contra la reforma de las pensiones. Mientras los disturbios continúan, las colas de vehículos para llenar los depósitos de gasolina se vuelven kilométricas en las pocas estaciones de servicio que disponen de carburante en la capital. Un total de 2.500 de las 12.500 gasolineras han agotado las existencias y el país empieza a temer un bloqueo industrial. Aunque el Gobierno niega que haya penuria --solo admite dificultades--, el paro se mantiene en las refinerías, los camioneros dificultan la distribución de las reservas y las universidades, hasta ahora ausentes del movimiento, empiezan a sumarse a la huelga.

Las manifestaciones se han realizado en la mayoría de las ciudades francesas. El Ministerio del Interior ha calculado que han congregado a unos 480.000 asistentes, una cifra similar a la del pasado 12 de octubre. La policía ha reconocido más de un millón, pero los sindicatos consideran que al menos 3,5 millones de franceses han protestado en las ciudades francesas. En París, la policía ha informado de que la manifestación principal ha reunido a unas 60.000 personas, mientras que los sindicatos calculan al menos 330.000. Al margen de la guerra de cifras, la situación de París muestra hoy la excepcionalidad de la protesta y el amplio respaldo recibido.

Entre media docena y una decena de las 83 universidades del país han votado esta mañana su adhesión a la protesta estudiantil iniciada por los alumos de unos 300 institutos.Después de que ayer los enfrentamientos entre grupos vandálicos y la policía se saldaran con la detención de 300 jóvenes --la mayoría menores--, una decena de coches quemados, mobiliario urbano destrozado y algunos comercios atacados, hoy se están reproduciendo los episodios de violencia entre jóvenes encapuchados y la policía. Un joven de 15 años ha tenido que ser hospitalizado. En Le Mans, un instituto ha ardido por completo esta madrugada.

La ministra de Justicia, Michèle Alliot-Marie, ha prometido hoy "firmeza" contra quienes provoquen destrozos durante las manifestaciones. "Existen derechos. El derecho a la huelga, el derecho a manifestarse. No existe el derecho a romper", ha subrayado la titular de Justicia, que ha lamentado que  cada vez que hay manifestaciones en las que participan los jóvenes, se infiltran "cierto número de pequeños grupos que son pura y simplemente, alborotadores".

Seguimiento irregular

Sin embargo,pese a la radicalización del movimiento en la calle, el seguimiento de la huelga es irregular. En la educación se estima que un 14% de profesores ha secundado el paro y en correos entre 10% y el 25% de los trabajadores. En el sector privado la huelga tiene poca incidencia. Los servicios mínimos del transporte han garantizado el acceso a los puestos de trabajo. Los sindicatos se muestran comprensivos con esta actitud, que no impide a muchos franceses apoyar el movimiento contra la prolongación de la edad legal de la jubilación de los 60 a los 62 años. Según un sondeo, el 71% apoya la protesta.

El pulso de las centrales, oposición y estudiantes contra la reforma se juega sobre todo en la capacidad de convocatoria de las manifestaciones que se celebran en más de 250 ciudades francesas. Después de batir récords de participación el martes pasado --3,2 millones según los sindicatos y 1,2 según Interior--, el objetivo es mantener la presión. Hasta ahora, la inflexibilidad de Nicolas Sarkozy ha motivado a los ciudadanos a salir a la calle para expresar su descontento con su política más allá de la reivinidicación de las pensiones.