CUMBRE TENSA EN BRUSELAS

Sarkozy obtiene el silencio de sus socios para expulsar a más gitanos

EL PROTAGONISTA DEL CONSEJO. Nicolas Sarkozy, en dos momentos del Consejo Europeo celebrado en Bruselas. Con Zapatero.

EL PROTAGONISTA DEL CONSEJO. Nicolas Sarkozy, en dos momentos del Consejo Europeo celebrado en Bruselas. Con Zapatero.

ELISEO OLIVERAS / Bruselas

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Francia proseguirá con su política de desmantelamiento de «todos los campamentos ilegales» situados en su territorio, «sin distinción de origen o cultura», anunció el presidente francés, Nicolas Sarkozy, tras protagonizar un intenso enfrentamiento verbal con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, durante la cumbre europea celebrada ayer en Bruselas. El contencioso sobre las expulsiones de gitanos de Francia, que no figuraba en el orden del día del Consejo Europeo, acabó convirtiéndose en el tema dominante de la reunión de los líderes de los Veintisiete.

Pese a las denuncias del Ejecutivo comunitario sobre el carácter «discriminatorio» de las expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros, Sarkozy reiteró ante los demás líderes de la UE que todas las medidas respetan escrupulosamente la legalidad francesa y la europea y que se realizan bajo control u orden judicial. Sarkozy resaltó que, de los 500 campamentos desmantelados hasta ahora, más de dos tercios estaban ocupados por ciudadanos franceses y que solo el 20% de las personas afectadas eran extranjeros.

Francia formuló en la sesión inicial de la cumbre una primera queja por las comparaciones «insultantes, hirientes y humillantes» que había efectuado el martes la comisaria de Justicia, Viviane Reding, al establecer un paralelismo entre las expulsiones de gitanos con las deportaciones masivas del régimen nazi durante la segunda guerra mundial.

CHOQUE VERBAL / La tensión alcanzó su clímax durante el almuerzo de trabajo de los líderes de los Veintisiete, cuando Sarkozy volvió a denunciar las palabras «profundamente hirientes» utilizadas por Reding contra Francia. «No se habla así entre socios europeos», explicó después Sarkozy. «No puedo dejar que se insulte a mi país», añadió.

Barroso defendió también con vehemencia el papel de la Comisión Europea como garante del derecho comunitario y de los principios y valores del Tratado de la UE. «Cualquier tipo de discriminación de las minorías étnicas en Europa es inaceptable. El respeto de la dignidad humana es un valor sagrado para la UE», remachó Barroso.

«El intercambio verbal fue muy virulento» entre Sarkozy y Barroso, aseguró el primer ministro búlgaro, Boyko Borisov. «No se ahorraron palabras», indicó la cancillera alemana, Angela Merkel, que añadió que Sarkozy «dejó muy clara su posición». El presidente francés reconoció que había dicho «franca y contundentemente lo que Francia piensa», pero aseguró haber mantenido «la calma» y haberse abstenido de «comentarios excesivos». Sarkozy subrayó que no cuestionaba el poder de la Comisión Europea de investigar y pedir explicaciones, pero que no podía aceptar los «insultos».

RESPETO MUTUO / Los líderes respaldaron a Francia en sus protestas, aunque reafirmaron el papel de la Comisión Europea como guardiana del Tratado de la UE. «Las relaciones entre las instituciones europeas y los estados miembros deben basarse en el respeto», subrayó el presidente de la UE, Herman Van Rompuy. «Nadie pone en duda los derechos fundamentales, la no discriminación entre los ciudadanos. No hay divergencias de punto de vista», agregó Van Rompuy ,conciliador.

Barroso finalmente abogó por pasar la página tras las «excusas» presentadas por Reding y Sarkozy indicó que tomaba nota de las mismas. Aunque el conflicto sobre los gitanos había dominado la cumbre, los líderes no llegaron a discutir sobre esta cuestión, por lo que Van Rompuy anunció que los Veintisiete analizarán en profundidad cómo afrontar el problema de la integración de esa minoría étnica en una futura cumbre, porque se trata de un tema de «dimensión europea».

Reforzado por el respaldo obtenido, Sarkozy defendió su política contra los asentamientos ilegales. «Europa no puede cerrar los ojos ante los campamentos ilegales, ni puede permitirse la instalación de chabolas a la puerta de sus ciudades», señaló el presidente francés.

«A fuerza de cerrar los ojos ante estos problemas es como se consigue que los ciudadanos se alejen de las instituciones», añadió Sarkozy. La directiva de libre circulación de ciudadanos dentro de la UE exige como condición disponer de medios económicos y no representar un problema de orden público, insistió.

Esa política de desmantelamiento de los campamentos ilegales acabó obteniendo en la cumbre un amplio respaldo. «No es condenable», indicó el primer ministro Luxemburgués, Jean-Claude Juncker. «Los estados tienen el deber de aplicar y hacer respetar su legislación en su territorio», reconoció Van Rompuy.

Los líderes se comprometieron además a reforzar el papel político de la UE en el mundo y desbloquearon el acuerdo de libre comercio de la UE con Corea del Sur, pero no lograron avanzar sobre un endurecimiento de las sanciones a los países que muestren desidia en el control de su déficit público. España aprovechó la reunión para pedir a la Comisión Europea que acelere la renovación de las ayudas al carbón.