Tienda de altos vuelos

Un comercio de barrio dedicado a la aviación ofrece cursos de pilotaje y para perder el miedo con dos simuladores Aficionados y pilotos compran desde maquetas a zapatos especiales

Dos generaciones 8 La familia Miguel posa en la tienda junto a la cabina de un avión modelo Dakota.

Dos generaciones 8 La familia Miguel posa en la tienda junto a la cabina de un avión modelo Dakota.

LUIS BENAVIDES / BARCELONA

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Un Boeing 737-800 despega cada día, de lunes a sábado, desde el corazón de la Vila de Gràcia. Estos vuelos, lógicamente virtuales, son posibles con el simulador de gran tamaño y realismo situado en la planta subterránea de Aeroteca (Montseny, 22), un negocio familiar dirigido a aficionados y profesionales de la aviación. "Nuestra cabina es una reproducción a tamaño real del avión de pasajeros más famoso que puede verse en cualquier aeropuerto", subraya el gerente, Jordi Miguel, segunda generación al frente de este establecimiento único en el país.

Aeroteca nace en 1986 como librería de la mano de Ricardo Miguel Vidal, mecánico de aviación. "Después de mucho buscar para satisfacer mi curiosidad, descubrí que existía mucha información sobre aviones pero solo fuera de nuestras fronteras. Con la ayuda de mi esposa y mis hijos abrí Aeroteca, una librería con libros provenientes de todo el mundo", cuenta el fundador, de 75 años.

Mapas de vuelo

Con los años, la oferta del establecimiento ha crecido. Hoy, en sus más de 500 metros cuadrados, Aeroteca tiene espacio para manuales, mapas de vuelo, hardware y software para simuladores, kits para montar maquetas e incluso prendas y complementos como chaquetas y parches. "La última incorporación son unos zapatos pensados especialmente para pilotos y auxiliares de vuelo", cuenta el gerente, quien destaca algunas propiedades como la suela con lámina de corcho. "Cuando el asfalto del aeropuerto está a 40º no te abrasas. Y cuando hace frío, te aísla. Esto es fundamental cuando -continúa Miguel-, por ejemplo, sales del Caribe y aterrizas en Alaska".

La joya de la corona son los simuladores. A la réplica del Boeing 737-800 añadieron hace cuatro años un simulador con movimiento que permite sentir las emociones de un vuelo real en avioneta. Jordi Ventura dirige las visitas y las clases. "Recibimos grupos de máximo 11 personas, durante una hora, y ofrecemos cursos para pilotos de entre tres y once meses. También ofrecemos cursos para superar el miedo a volar -explica Ventura-.Para los más pequeños, a partir de los 9 años, es una afición ideal porque aprenden geografía, mecánica, inglés... También a tomar decisiones y mantener la calma. Pero no es un videojuego".

Los cursos de Aeroteca no son oficiales, pero sirven como paso previo, para coger horas de vuelo. "He venido para informarme de sus cursos. Trabajo como tripulante de cabina y me gustaría adquirir conocimientos sobre pilotaje", cuenta el cliente Jon Peribañez, de 30 años.