la 'marca españa' se vende a través del paladar

'Chefspañoles' por el mundo

Los mejores cocineros colonizan medio planeta

FERRAN IMEDIO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La marca España lleva unos años ganando adeptos en todo el mundo a través del paladar gracias a los mejores cocineros del país, que abren restaurantes en todo el planeta. No se pone el sol en el imperio gastro español; de Japón a América, no hay chef con estrella Michelin que no haya montado un negocio en el extranjero. Y el que no lo tiene es porque no ha querido. Así de simple. Tal es el prestigio de este colectivo de profesionales de los fogones.

Los hay que tienen solo uno, como Oriol Ivern en Estocolmo (Matkonsulatet) y Paco Pérez en Berlín, donde ha ganado una estrella con Cinco, en el Hotel Das Stue, y los hay que abren sin parar, como Martín Berasategui y Sergi Arola. El vasco, presente en México (Playa del Carmen y Cancún), Shanghái, República Dominicana (Punta Cana) y próximamente en Costa Rica y Baja California, se ha asociado a Melià para dirigir los restaurantes de su marca hotelera de lujo, Paradisus.

«NI MIEDO NI PEREZA NI VERGÜENZA» / «Estamos en mercado global y si nos cerramos fronteras perdemos una importante ocasión de vender la marca de nuestra cocina. Estos restaurantes son un escaparate superimportante. No nos podemos imaginar lo que dejaríamos de vender nuestro país si tuviéramos miedo, pereza o vergüenza. Y yo, estas tres cosas, no las tengo», explica el guipuzcoano.

Los hay que se han convertido en celebridades, como Paco Roncero, que tras participar en la edición colombiana de Masterchef ya tiene estatus de estrella (el programa, de 68 entregas diarias, se ha colocado entre los 10 más vistos de Latinoamérica porque se emite en varios países de habla hispana). El restaurante que tiene en Bogotá, Versión original, ya iba bien antes de aparecer en la tele, pero ahora el éxito es una «locura».

PLATOS RECONOCIBLES / Roncero, que tiene un restaurante en Shanghái (Estado puro), defiende una gastronomía sencilla, no tan moderna como la que hace en La Terraza del Casino (dos estrellas Michelin). «El producto español y la tapa de toda la vida es lo que mejor funciona fuera porque se identifica con el país, como el jamón, las anchoas, las croquetas… Es más rentable porque es un concepto más fácil que el de un restaurante gastronómico. Allí la gente no conoce y no le gusta tanto la cocina moderna, y además se necesita personal más cualificado».

También en Colombia triunfa Ramon Freixa, con el restaurante Erre, en Cartagena de Indias, que ocupa la planta 10ª del Hotel Las Américas con vistas de 360 grados sobre el mar y cuya cocina catalana ha tenido tal éxito en los tres años que lleva abierto que ha debido diversificar la oferta: tapas, bistronómico y gastronómico. En dos meses abrirá otro en Bogotá. El catalán, afincado en Madrid, donde ha logrado dos estrellas Michelin con su restaurante homónimo, está encantado con la experiencia internacional. «Exportar nuestra cocina me hace sentir orgullosísimo, como mis otros colegas».