DESASTRES ESTÉTICOS

Desaguisados plásticos

Muchos famosos quedan desfigurados después de pasar por el quirófano

ZELLWEGER 2014

ZELLWEGER 2014

MIREYA ROCA / BARCELONA

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En Hollywood, las intervenciones de cirugía estética se hacen como churros. Los famosos obsesionados por  su apariencia buscan en el bisturí, el bótox o los implantes el elixir de la juventud. Pero no siempre salen del quirófano mejor de lo que entraron, por lo que muchas estrellas generan controversia por sus radicales transformaciones.

Es el caso de Renée Zellweger. Tras ver cómo se incendiaban las redes sociales con todo tipo de comentarios sobre su irreconocible imagen,  la intérprete, de 45 años, respondió ayer a sus detractores a través de People, donde se justificó asegurando: «Estoy contenta de que me veáis diferente! Ahora tengo otro estilo de vida, más feliz, más plena, y estoy encantada de que eso se note». La protagonista de El diario de Bridget Jones considera que son «tonterías» los comentarios en torno a  su nueva cara.

Sin embargo, también hay celebrities que se arrepienten de haberse retocado, como Nicole Kidman. De hecho, la protagonista de Moulin Rouge reconoce que abusó del bótox y califica su decisión de recurrir a la toxina botulínica como «un error». Como afirma el cirujano plástico Ramón Vila-Rovira, del Centro Médico Teknon, «algunos famosos caen en la trampa del exceso de procedimientos», y defiende que el objetivo de la cirugía estética es «la naturalidad con pequeños retoques».

En el otro lado de la balanza está Cameron Díaz. El ángel de Charlie se declara una defensora de las «arruguitas», ya que las considera una muestra de la cantidad de risas que ha tenido en la vida.

Otras, en cambio, niegan haber pasado nunca por las manos del cirujano, aunque cada vez más sorprenden con cambios en su físico que, desafortunadamente, no todos responden al resultado buscado. Ahí están Megan Fox, Meg Ryan,  Scarlett Johansson, Kate Winslet, Jennifer Grey, Gwyneth Paltrow y Tori Spelling, entre otras.

Uno de los rostros que más refleja la huella del bisturí es el de  Donatella Versace, que se ha sometido a reiterados liftings hasta convertirse en una caricatura recauchutada.

Melanie Griffith también representa un clarísimo ejemplo de desastre estético. Por desear ser eternamente joven y tras innumerables estiramientos, la exmujer de Antonio Bandera, luce un rostro deformado y carente de expresión.

Mickey Rourke, su época como boxeador y su obsesión por los liftings le han pasado factura, ya que tiene desfigurada la cara con multitud de cicatrices. La obsesión por el bótox y por estirarse la piel ha convertido a Silvio Berluscolni y a Silvester Stallone en dos ejemplos de los procesos quirúrgicos más desastrosos de la historia.