LA ACTRIZ PASA DESAPERCIBIDA EN LA CIUDAD

Scarlett sale de compras por BCN

Johansson, la tarde del lunes, seguida por su guardaespaldas en la ronda de Sant Pere.

Johansson, la tarde del lunes, seguida por su guardaespaldas en la ronda de Sant Pere.

FERRAN IMEDIO BARCELONA

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Scarlett Johanssonestá en Barcelona. ¿Sorprendente? No mucho, ya que estaba previsto que la musa deWoody Allenaterrizara en la capital catalana para asistir esta noche, en la Sala Oval del Palau Nacional, a la entrega de premios Botón Mango, que recompensan con 300.000 euros a un joven diseñador internacional. Más que su esperada visita a la ciudad, sorprendió que nadie reparara en ella el lunes, cuando decidió salir de compras por el centro.

Unas gafas de sol, un borsalino gris a juego con su rebeca, unos pantalones tan negros como su bolso y poco maquillaje fueron suficientes para que pasara desapercibida durante las casi dos horas que se movió por el corazón del Eixample. Incluso se adentró en El Corte Inglés de plaza de Catalunya para comprar en la sección de lencería. Como una más.

SECRETISMO / Mango, firma a la que ha prestado su imagen, había envuelto su llegada con el secretismo propio de una visita de jefe de estado. Quizá para despistar, quizá porque lo pidió la propiaJohansson,las medidas de seguridad en torno a la estrella fueron de lo más discretas; ni hablar de la típica nube de gorilas musculados; con un escolta realizó su periplo, que comenzó en el Hotel Arts, adonde había llegado esa misma mañana con un pequeño séquito de asistentes. A lomos de una furgoneta con los cristales tintados

-detalle por el que el chófer corrió el riesgo de ser multado, como le pasó al deShakira este verano-, la actriz fue directamente al centro. El vehículo le dejaba frente a las puertas de los establecimientos que visitaba, ya fueran populares como los grandes almacenes (ni las dependientas la reconocieron) o de lujo, como la zapatería Stuart Weitzman (paseo de Gràcia, entre Mallorca y Provença). Ni rastro de su marido,Ryan Reynolds,que hace unos meses había rodado la celebradaBuried en una nave industrial de Cornellà.

Tras el paseo, la intérprete deLost in translationyVicky Cristina Barcelonase quedó en el hotel para descansar y cenar. No le hizo falta salir del establecimiento para descubrir uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Enoteca (una estrella Michelin), donde degustó los platos del chefPaco Pérez entre unos comensales que estuvieron más pendientes de la comida que de la estrella.

Ayer, le tocó trabajar en el rodaje de un anuncio en una finca en una playa cercana al aeropuerto de El Prat. De nuevo el secretismo: el escenario estaba tan blindado que los paparazis tuvieron que subir a un edificio abandonado para poder hacer fotos. Y por la noche, más trabajo, aunque un poco más relajante, ya que acudió a una cena con una quincena de personas, auspiciada por el presidente de Mango,Isak Andic, con quien volverá a compartir mesa esta noche tras la entrega de premios de la marca catalana.