La clave

Dejemos que se vayan de vacaciones

BERNAT
Gasulla

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Uno no quisiera caer en los excesos del anuncio de Aquarius y sus políticos extraordinarios, pero más nos vale que empecemos a valorar -en el sentido de ponderar en su justa medida- a las personas que han decidido dedicarse a la cosa pública. Ahora que el FMI y la Comisión Europea han reabierto el melón de la devaluación interna mediante la rebaja de los salarios y todos hemos sentido la tentación de decir «que se bajen el sueldo ellos», permítanme que abogue por que muchos políticos cobren más o, al menos, lo mismo.

Un gestor de lo público y un líder político debería estar bien remunerado, de acorde con la responsabilidad del cargo que ocupe. Pero al mismo tiempo, esa revisión y proporcionalidad de los salarios debería ir acompañada de una mayor transparencia y un reforzamiento de las medidas preventivas y punitivas contra la corrupción. Que nadie se haga rico con la política, pero que tampoco esté condenado a llevar una vida de anacoreta. No, no es política ficción. Miren a muchos ayuntamientos.

Con la que está cayendo

Y lo mismo con el descanso. Seguro que muchos, al ver el reportaje que publicó este diario sobre las pírricas vacaciones de la mayoría de los líderes mundiales, pensaron que tenían su merecido. Con la que está cayendo y habiéndonos metido en uno de los líos más grandes de la historia, que apechuguen. Pocos días de asueto, y no muy lejos. Así, hemos podido ver aMerkelatravesando un pedregal en el Tirol, aHollandereduciendo drásticamente su descanso estival y dando deberes a sus ministros, aRajoymirando con el rabillo del ojo a la Audiencia Nacional...

Permítanme que me desmarque de estavendettapopular, comprensible pero poco inteligente. Uno prefiere que le gobierne un político que, además de bien remunerado y blindado de las tentaciones de la corrupción, sepa descansar y acompañarse de los suyos, que disfrute de una caricia o un beso de un ser querido. Que pueda hacer deporte, disfrutar de los placeres que la vida aún nos depara, incluso en la peor época de recortes.

Quizá no es oportuno en los tiempos que corren, pero que se vayan de vacaciones.