El festival de cine fantástico de Catalunya

Terror de alta escuela

12 alumnos de la ESCAC estrenan 'Los inocentes', su proyecto de fin de carrera

Los 12 directores de 'Los inocentes', en el jardín del Hotel Melià de Sitges.

Los 12 directores de 'Los inocentes', en el jardín del Hotel Melià de Sitges.

JULIÁN GARCÍA

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Hace dos años, 12 alumnos de la Escola Superior de Cinema i Audiovisual de Catalunya (ESCAC) recibieron el encargo de un trabajo que ha acabado siendo su proyecto final de carrera y que este fin de semana se ha proyectado a lo grande en Sitges: Los inocentes, un slasher canónico sobre un grupo de jóvenes incautos que cometen el error de pasar la noche en un albergue maldito, con el inevitable baño de sangre, carne y casquería propio del género. «El año pasado estaba aquí pidiendo autógrafos y fíjate dónde estoy hoy: dando entrevistas a 20 metros de Terry Gilliam y su camisa hawaiana», afirma Miguel Sánchez (Barcelona, 1985), uno de los 12 directores implicados. «Lo más bestia es que agotamos en solo tres días las entradas para el estreno en el Auditori», añade Marta Díaz (Ronda, 1988). Los inocentes aún se puede ver hoy en el cine Retiro de Sitges (14.00 horas).

Rodada en 27 días en Terrassa, Banyoles y Viladrau, la película fue dividida en 12 fragmentos que fueron rodados por separado por cada uno de los 12 directores. «Se decidió  por sorteo la parte que nos tocaba dirigir a cada uno», relata Marc Martínez (Calella, 1989). ¿Y por qué un slasher? «La estructura de estas películas está muy marcada y te sirve de guía. Nos ayudó a agarrarnos a algo y no irnos mucho por las ramas», reconoce Díaz. «Al tratarse de una historia creada por 12 estudiantes, debíamos buscar un género fácil, que conociéramos bien, algo divertido, no rollo introspectivo», comenta Sánchez. Ni que decir tiene que el faro que les alumbró fue la referencial Viernes 13: «La vimos en clase, sí. Todo se ha apoyado en eso».

Conscientes de lo difícil que es prosperar en el mundo del cine, el grupo de futuros directores alza los hombros, ahuyenta los malos pensamientos y prefiere pensar en el hito de «haber acabado el proyecto y estrenarlo en Sitges». Porque para ellos, tiene algo especial estar aquí. Un guiño privado. «¿Sabes qué? En el primer póster de la película que hicimos para darnos ánimos y motivarnos, ya pusimos el logo de Sitges. Y ahora estamos aquí».