Los grandes partidos españoles, ante el 25-M

Europeas con trasfondo

El candidato Miguel Arias Cañete y José Ramón Bauzá conversan ayer con un miembro de la cofradía de pescadores de Palma.

El candidato Miguel Arias Cañete y José Ramón Bauzá conversan ayer con un miembro de la cofradía de pescadores de Palma.

GEMMA ROBLES / JUAN RUIZ SIERRA
MADRID

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Las próximas elecciones europeas tienen como objetivo elegir a los representantes en el Parlamento Europeo y, por primera vez, designar también al favorito para presidir la Comisión de la UE. Los dos partidos mayoritarios en España, el PP y el PSOE, se han fijado además ciertos objetivos internos: el jefe de la candidatura popular, Miguel Arias Cañete, instó a sus compañeros de lista esta misma semana a trabajar para «sacar un millón de votos» a los socialistas y, de paso, lograr más eurodiputados que en los pasados comicios, en los que consiguieron 23 escaños. En el PSOE es público y notorio que se aspira a sacar como mínimo un voto más que los conservadores para poder cantar, después de mucho tiempo, victoria. Pero en estas elecciones hay más cosas en juego de las que se admiten ante los micrófonos: el presidente Mariano Rajoy pasará el primer test de credibilidad ante la opinión pública sobre la supuesta recuperación económica, además de comprobar si, como apuntan algunos cargos populares, los resultados en Catalunya de CiU y ERC pueden cambiar los ritmos -está por ver en qué sentido- del proceso soberanista.

En lo que concierne al PSOE, un mal resultado, de tres puntos o más por debajo del PP, podría incluso llevar al partido, según temen varios dirigentes, a desterrar la idea de primarias y celebrar un congreso extraordinario para relevar al líder, Alfredo Pérez Rubalcaba. Las encuestas dan versiones dispares, y no es descartable que los socialistas empaten o incluso logren superar a los conservadores, algo que insuflaría  un clima de tranquilidad del que hasta ahora se ha carecido. La interpretación más extendida es que el secretario general no se presentará a esas primarias para elegir al próximo candidato a la Moncloa, pero un triunfo podría llevarle a dar el paso.

EXPERIMENTOS CON RIESGO / La versión oficial en el PSOE es que la ruta orgánica pactada, con unas primarias a finales de noviembre para elegir candidato a las generales, seguirá en marcha pase lo que pase en las europeas. «El PSOE tiene un calendario y se cumplirá», aseguró el viernes Rubalcaba. Pero de un tiempo a esta parte se especula sobre el efecto que un batacazo en estos comicios puede traer consigo en un partido sin apenas momentos de calma en los últimos años, un partido con un futuro  muy abierto. Las elecciones internas, abiertas a simpatizantes, suponen un experimento, y hay territorios donde no son vistas con buenos ojos. En la todopoderosa Andalucía, por ejemplo. Una sonora derrota puede abocar a los socialistas a un congreso extraordinario. Este escenario frustraría las expectativas creadas en las bases, pero también evitaría la siempre difícil bicefalia en el PSOE, ya que el elegido como secretario general sería también, por su peso, aspirante a las generales.

Pero en un escenario de resultado tan incierto como el de las europeas, también puede ocurrir todo lo contrario: que los socialistas ganen o igualen a los conservadores. Sería la principal victoria de Rubalcaba como líder, y según algunos altos cargos podría hacer que se sintiese con fuerzas de volver a presentarse como candidato, un paso que ya tienen prácticamente decidido dar Carme Chacón y Eduardo Madina. En cualquier caso, la victoria en los comicios del 25 de mayo sería un bálsamo y haría que los socialistas abordasen con más fuerzas tanto la elección de candidato (que también puede verse amenazada por la cercanía temporal de la consulta independentista, prevista para el 9 de noviembre) como las generales.

LA ABSTENCIÓN / Rajoy, por su lado, pretende convencer al votante tradicional del PP (el objetivo de su partido es lograr que los suyos salgan a votar y evitar la abstención) de que España y, principalmente las posibilidades de salir de la crisis, están en juego el 25-M. Contará para reforzar su teoría con unas previsiones de crecimiento para el próximo año más altas de lo esperado inicialmente, pese a que los datos de paro siguen siendo nefastos, su talón de Aquiles.

Asimismo, los populares confían en que el examen electoral que también tendrán que pasar CiU y ERC en unas semanas sirva para clarificar cuáles son sus apoyos y cómo se reparten en pleno desafío soberanista para, en este contexto, definir la estrategia del Gobierno frente a una fecha que se acerca: el 9 de noviembre.