PLAN PARA LA MEJORA DE LA CALIDAD DE LA DOCENCIA

Magisterio no aceptará más alumnos con una nota inferior a 5 en lenguas

Unas jóvenes preparan sus exámenes en la biblioteca del campus de Mundet de la Universitat de Barcelona, donde se encuentra la Facultad de Educación, el pasado martes.

Unas jóvenes preparan sus exámenes en la biblioteca del campus de Mundet de la Universitat de Barcelona, donde se encuentra la Facultad de Educación, el pasado martes.

MARÍA JESÚS IBÁÑEZ
BARCELONA

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El Consell Interuniversitari de Catalunya (CIC), el organismo que agrupa a los rectores de las 12 universidades catalanas y a representantes de la Generalitat y que asesora a la Administración en materia de educación superior, aprobará muy probablemente en la reunión que tiene convocada para hoy una propuesta de modificación de los requisitos de acceso a los estudios de Magisterio, de manera que a partir del próximo curso los alumnos tendrán que acreditar que han aprobado las asignaturas de lengua catalana y lengua castellana en la selectividad con una nota mínima de 5. La medida, apoyada por la mayoría de los decanos de las facultades públicas de Educación, forma parte del plan puesto en marcha por las propias universidades para la mejora de la capacitación profesional de los maestros, pieza clave para combatir la aún elevada tasa de fracaso escolar.

«No puede ser que a las facultades nos estén llegando estudiantes que han suspendido en lenguas, cuando estas son una herramienta básica para la docencia», lamentaba en una reciente entrevista con EL PERIÓDICO Maria Pau Cornadó, decana de Ciencias de la Educación en la Universitat de Lleida y una de las defensoras de este cambio ante el equipo encargado de la revisión del grado de Magisterio. Ahora basta con obtener un 4 en la selectividad para que un examen sea dado por válido y compute para la media con el resto de puntuaciones de la prueba.

«En principio, la propuesta que se someterá a la aprobación del consejo interuniversitario es que las notas obtenidas en cada una de las lenguas den un promedio de 5», detalló Albert Batalla, decano de Formació del Professorat de la Universitat de Barcelona (UB), que se mostró muy cauto sobre cómo se podrá aplicar este criterio a la hora de establecer las notas de acceso a las facultades.

EN MANOS DE LOS RECTORES / La Secretaria d'Universitats -también representada en el CIC- admitió conocer la propuesta, pero se abstuvo de comentarla hasta que sea aprobada definitivamente. «Los rectores tienen la última palabra», se limitó a decir, en conversación con este diario, el secretario general, Antoni Castellà.

El bajo nivel de conocimientos lingüísticos de los estudiantes catalanes es, pese a la leve mejoría registrada en el último Informe PISA, uno de los caballos de batalla de la consellera de Ensenyament, Irene Rigau, quien tiempo atrás llegó a reclamar que los alumnos que fueran a matricularse en Educación acreditaran, como mínimo, una nota de 7 en selectividad. «Las personas que enseñan una lengua han de dominarla, han de saber utilizarla correctamente para poder explicarla bien», argumentaba hace poco más de un año  la consellera, que consideraba un error que un estudiante pueda aspirar a ser maestro con solo haber obtenido un 4 en lenguas, como ocurre ahora. La reivindicación de la titular de Ensenyament topó, sin embargo, con el rechazo de los rectores.

MÁS BASE MATEMÁTICA / Algunas voces insisten en que también se deberían fijar unos conocimientos mínimos en matemáticas. Hasta ahora, esta exigencia era difícil de aplicar, porque muchos alumnos llegan a Educación procedentes del bachillerato de Humanidades, pero con la entrada en vigor de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), que ha unificado esta modalidad de bachillerato con la de ciencias sociales, quizá se haya abierto una vía para que se implante el requisito de las matemáticas. Otros expertos son partidarios, además, de que, como ya ocurre en otros países, los candidatos a ingresar en Magisterio se sometan a una entrevista personal, en la que tendrán que dar prueba de una cierta vocación.

El plan de mejora de la formación inicial del profesorado ya ha empezado a aplicarse este curso 2013-2014, con la reducción en el 15% de la oferta de plazas y la creación de un doble grado de Educación Infantil y Primaria en algunas facultades. En dos de ellas (la de la UAB y la de la UVic), además, se están impartiendo clases en inglés. De esta manera, se ha conseguido que, de momento, las notas de ingreso de los alumnos que han accedido a las nuevas dobles titulaciones hayan sido, en alguna universidad, hasta dos puntos más altas que las de los alumnos que entraron en Educación el curso 2012-2013.

La previsión del equipo que coordina el programa de mejora de la formación inicial del profesorado, que dirige el pedagogo y exdecano de la Facultad de Educación de la UB Miquel Martínez, es que sean las propias facultades las que vayan proponiendo medidas para mejorar la preparación de sus alumnos. «Cuando se complete el plazo de aplicación del plan, en cinco años, se incorporarán las que mejor resultado hayan dado», apunta Martínez.