¿Son compatibles el crecimiento y los ajustes presupuestarios?

Economistas y políticos analizan especialmente en los últimos meses lacompatibilidad de las políticas económicas que priman elcontrol del déficit y las que apuestan por elcrecimientocomo fórmula para salir de la actual crisis financiera y de confianza.

La cuestión no es baladí y enfrenta visiones dispares. Mientras un premio nobel como el economista Paul Krugman se ha convertido en el adalid de la vía del crecimiento y del gasto público, otros alertan de la necesidad primordial de recortes para equilibrar el gasto público y los ingresos, como una vía para evitar el temible fantasma de la inflación. Rajoy defiende que ambas apuestas son compatibles, pero buscar la fórmula para fomentar el crecimiento sin disparar el déficit público no es en absoluto fácil.

La composición del PIB

Elcrecimiento económico, es decir, el aumento del PIB, se basa en el incremento en un momento concreto de tiempo de la riqueza de un país respecto a un periodo anterior. Los conceptos, o rubros como dicen los economistas, que componen el PIB se agrupan en cuatro grandes conceptos: el consumo, la inversión, el gasto público y la balanza comercial.

Lacrisis española es el resultado de un cambio rápido de la composición del PIB. La inversión española llegó a equivaler el 30% del PIB gracias a la burbuja inmobiliaria, mientras que en los países de nuestro entorno ese porcentaje se encuentra habitualmente en torno al 20% de lo que producen como país. Actualmente, ese porcentaje ha caído en España a los niveles próximos a lo habitual en los países de nuestro entorno e incluso algo menos. El PIB, como consecuencia, ha caído y difícilmente podrá recuperar lo perdido a medio plazo. Ante esa debacle, la política económica ha pretendido compensar la caída de ingresos derivada de la actividad inmobiliaria mediante una reducción del gasto público, lo que ha llevado a una reducción global del PIB. Lógicamente, ante esa situación, el consumo y la inversión privada se han recortado drásticamente también, tras los recortes salariales y la falta de confianza. Druante los primeros meses de esa crisis encadenada, la balanza comercial consiguió compensar parcialmente ese círculo vicioso, pero incluso ese efecto se ha frenado, según los últimos indicadores.

Control del gasto público

Una vez afrontada la reducción del gasto público, los economistas claman por una política de crecimiento urgente. Algunos expertos consideran que el ajuste del gasto público es en cualquier caso inevitable. Para otros, el aumento del gasto público es la única vía para inducir el crecimiento y la confianza y consideran que un recorte excesivo de ese gasto público desbarata una de las bases estructurales del PIB, ya que cada vez que se toman medidas contra el déficit y se recortan los gastos, se reducen los ingresos previstos y el círculo vicioso se hace interminable.

El cuartopilar del PIB, la balanza comercial parece convertirse en la clave de la recuperación junto con una política expansiva o de creación artificial de dinero (los eurobonos, la devaluación, la reducción drástica de los tipos de interés...). Si se exporta más de lo que se importa, el valor global del PIB aumenta, pero para ello es necesario bajar los precios o abaratar el euro con respecto al dólar (algo que EEUU no desea).

Imprimir dinero

El concepto imprimir dinero o darle a la maquinita también surge entre las vías para salir de la crisis. No se refiere, que también, a la impresión física de dinero, sino a generar dinero para el sistema en forma de apuntes contables y mediante crédito barato a las entidades financieras o compromisos de pago futuros. El dinero en papel moneda equivale a una parte ínfima del dinero en circulación. Piense el lector en la cantidad de dinero que tiene en efectivo en el bolsillo y el dinero que posee en cuentas o patrimonio. La relación entre uno y otro ejemplifica esa relación. El problema es que incrementar el dinero de manera artificial y masiva tiende a incrementar los precios.

Exportación

Economistas de prestigio apuestan por la salida de la exportación como clave para superar la crisis actual. Una devaluación drástica del euro junto a un prolongado periodo de tipos de interés ultrabajos revitalizaría una economía actualmente deflacionaria. Alemania se ha negado hasta ahora a una política económica europea basada en ese planteamiento al temer una inflación sin control. Las fórmulas de equilibrio todavía se buscan. Con urgencia.