Publicada en El Periódico el día 12 de junio

El Silicon Valley mediterráneo

LA VISITA 3 Planta de HP en Kyriat Gat, imagen de un grupo de judíos ortodoxos junto al muro de las lamentaciones, reunión de trabajo en Pitango, y Josep Mateu (Racc) en la sede de HP.

LA VISITA 3 Planta de HP en Kyriat Gat, imagen de un grupo de judíos ortodoxos junto al muro de las lamentaciones, reunión de trabajo en Pitango, y Josep Mateu (Racc) en la sede de HP.

OLGA GRAU

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Israel acoge potentes centros de investigación de Google, Hewlett Packard, Intel, Microsoft, SAP, Philips, Motorola y de una larga lista de conocidas multinacionales en busca de la creatividad de sus ingenieros. De sus cuarteles generales han salido algunos de los avances tecnológicos de estos grupos como buena parte de los sistemas operativos Windows NT y XP, los sistemas Pentium 4 y Centrino o el famoso ICQ. El país crea empresas innovadoras a velocidad de vértigo y ha sido capaz de desarrollar tecnología para llevar la agricultura al desierto con empresas como Netafim y para ser el primero en decir adiós a la gasolina gracias a la potencia del coche eléctrico de Better Place. Los israelís sacan pecho cuando explican que la alta tecnología supone 248.000 empleos, el 10,2% de la fuerza de trabajo, y el 41% de las exportaciones.

Con más de 3.000 compañías de alta tecnología ystart-ups(empresas de nueva creación), Israel tiene la más alta concentración de compañías de alta tecnología en el mundo, después de Silicon Valley, en California. Que Israel sea el tercer país del mundo con más empresas cotizando en el Nasdaq, en EEUU, da la dimensión de lo que un país de 7,4 millones de habitantes ha sido capaz de construir en 64 años de historia. Un volumen de población prácticamente idéntico al de Catalunya, con un PIB no muy alejado en volumen.

En busca de referentes que inspiren a la economía catalana, en un momento de profunda crisis, la patronal Femcat acaba de realizar un viaje a Israel, cuarto destino de esta patronal catalana en los últimos años después de haber pasado por Finlandia, Boston y Hong Kong, también a la caza de ideas. Los empresarios que forman la comitiva suman más de 10.000 millones de euros de facturación y representan a empresas como Bon Preu, Comsa-Emte, Copisa, Copcisa o Metalquimia, entre otras.

¿Qué hace posible que Israel despunte en alta tecnología con tanta fuerza? A menudo se atribuye el mérito a la fuerza del lobi judío en EEUU y al dinero que este inyecta en Israel. Sin duda, eso es una parte. Pero sería injusto limitarse a eso. Este factor va unido a un sistema de formación muy potente, a los incentivos públicos a la creación de empresas, a la creatividad israelí y a las mismas circunstancias estratégicas de un país rodeado de enemigos.

APOYO EXTERIOR/ «Hay mucha gente judía en el mundo que se preocupa por Israel, nosotros solos no podríamos», admite Rami Kalish, director general de Pitango Venture Capital, el fondo de capital riesgo más importante de Israel, con más de 1.300 millones de dólares bajo su gestión en la actualidad. El origen de HP en Israel y también de Intel se debe a las iniciativas empresariales de judíos expatriados en Canadá y en EEUU.

Pero hay un hecho diferencial, relata Kalish: «Los jóvenes de Israel lo que quieren es trabajar cinco años para Google y después fundar una empresa y venderla. Son ingenieros que han estado en el ejército o en los servicios de inteligencia. El entrenamiento en el ejército te convierte en oficial con 19 años y cuando terminas la carrera militar controlas con 25 años un equipo de 100 personas con un presupuesto de 50 millones de dólares».

Es el caso de Ohad Sheffer, exalumno del MBA del IESE. Tras estar en el ejército, ha fundado la empresa Play My Tone y la está desarrollando con el proyecto de venderla y volver a empezar otra. Es la idea más extendida en Israel y la más complicada de asimilar por las empresas familiares de Femcat. «Nosotros hemos recibido las empresas de nuestros padres y nos cuesta mucho comprender esta mentalidad», explica Carles Sumarroca, presidente de Femcat y vicepresidente de Comsa- Emte. De hecho, cada año entre 60 y 80 empresas israelís se venden al capital extranjero y generan 3.000 millones de dólares de ingresos.

El periodista y autor del libroThe Start-Up Nation, Saul Singer, explica que el país entero es unastart-upy que las empresas no se venden con la idea de hacer un pelotazo. «Sobrevivir es parte de nuestra historia», afirma. «El pueblo judío siempre ha sido errante, sin patria, por eso en vez de crear empresas con visión a largo plazo se ha dedicado a la abstracción, a la ciencia», resume el periodista. «Los emprendedores no saben gestionar una compañía de 1.000 millones de dólares, prefieren venderla y hacer otra nueva. Las grandes empresas saben gestionar, pero no saben innovar», dice Singer.

¿Cómo ser emprendedor en un entorno en el que no hay adversidad?, se preguntan los empresarios de Femcat. «Nosotros no tenemos acceso al mercado regional, vivimos en constante peligro de ser atacados; somos un país de inmigrantes que hemos tenido que tomar muchos riesgos. Por eso nos cuesta pensar en el largo plazo. Ustedes, en vez de hacer nuestro servicio militar obligatorio, podrían sustituirlo por servicios sociales a la comunidad obligatorios para aprender responsabilidad, liderazgo, sacrificio por algo que no seas tú y trabajo en equipo», sugiere Singer.