Rosell se acerca a la gran empresa para apoyar su relevo en la CEOE

OLGA GRAU / BARCELONA

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Juan Rosell busca a contrarreloj aliados de peso para afianzar su reelección a la presidencia de la CEOE en los comicios que tendrán lugar el próximo 17 de diciembre y en los que se medirá con el empresario vasco Antonio Garamendi, presidente de Cepyme. Rosell, que accedió a la cúpula de la CEOE en diciembre del 2010, en plena crisis económica y financiera, se ha acercado a las grandes multinacionales españolas, concretamente a las que forman parte del poderoso Consejo Español para la Competitividad (CEC), para ofrecerles un mayor protagonismo en la patronal española.

El CEC está liderado por César Alierta, presidente de Teléfonica, y lo integran Isak Andic (Mango), Ana Botín (Santander), Antoni Brufau (Repsol), José Manuel Entrecanales (Acciona), Isidre Fainé (La Caixa), Dimas Gimeno (El Corte Inglés), Francisco González (BBVA), Antonio Huertas (Mapfre), Pablo Isla (Inditex), José Manuel Lara (Grupo Planeta), Florentino Pérez (ACS), Rafael del Pino (Ferrovial), Juan Roig (Mercadona), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola ), además del Instituto de la Empresa Familiar.

REUNIÓN CON ALIERTA/ Rosell se ha reunido con Alierta, según han confirmado diversas fuentes empresariales, y le ha ofrecido la posibilidad de que el CEC cuente con representantes en la patronal española, si resulta reelegido, y que esta, a su vez, pueda tener peso en esta asociación. Dentro de las conversaciones mantenidas, Rosell ha ofrecido a Alierta la posibilidad de formar parte de la junta directiva de la CEOE, según explican fuentes cercanas al CEC.

Este lobi se creó en el 2011, con José Luis Rodríguez Zapatero en la presidencia del Gobierno. España atravesaba una grave crisis económica, estaba al borde del rescate y la CEOE vivía sus horas más bajas al haber sostenido en la presidencia al empresario Gerardo Díaz-Ferrán, salpicado en múltiples casos de corrupción, y que acabó ingresando en la cárcel. Los empresarios, alejados de la patronal, decidieron entonces dar un paso adelante para demostrar en el exterior que España contaba con empresas de primer nivel.

Rosell accedió a la presidencia de la CEOE con el apoyo de los dos hombres fuertes de Díaz-Ferrán, Arturo Fernández (CEIM) y Jesús Terciado (Cepyme), que se han visto envueltos en escándalos de corrupción recientemente. Fernández fue uno de los consejeros que gastó con las tarjetas B de Caja Madrid, mientras que Terciado está imputado por haber facturado a Cepyme a través de empresas de su propiedad para suplir así la falta de un sueldo.

Los detractores de Rosell le acusan de haber mantenido a los dos vicepresidentes hasta el último momento. Tampoco juega su favor el hecho de ser catalán y se le acusa de haber sido «tibio» en sus opiniones sobre el pulso entre el Gobierno y Catalunya por el 9-N.El empresario se propone ahora devolver peso a la CEOE acercándola a la gran empresa, a la vez que no descuida a las pymes.

Rosell cuenta con el apoyo de Foment del Treball, que aporta 45 representantes a la Asamblea General de la CEOE (un total 773 votos). La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) cuenta con 9 representantes y también se ha decantado públicamente por la candidatura de Rosell. Entre los apoyos de Rosell figuran los de Teléfonica, Repsol, La Caixa y Gas Natural. Por su parte, Garamendi juega a la baza de las pequeñas y medianas empresas a través de su feudo natural que es Cepyme.

De prosperar la opción de Rosell, la gran empresa podría tener un mayor encaje en la CEOE. Y quizás sería momento para evaluar si sigue siendo necesario el CEC, ahora que se ha creado también la Cámara de Comercio de España, según relatan fuentes empresariales.