PRIMER EJECUTIVO NO FAMILIAR

Un Rodríguez entre Molins

Cementos Molins encara el año con nuevo consejero delegado y el plan de llegar a una de las cotas de inversión más altas desde que estalló la crisis

Optimismo 8 Rodríguez en la reunión del Cercle en el 2012.

Optimismo 8 Rodríguez en la reunión del Cercle en el 2012.

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

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«Me siento orgulloso de ser el primer Rodríguez entre Molins». Así de satisfecho se mostró ayer el nuevo consejero delegado de Cementos MolinsJulio Rodríguez Izquierdoque se incorporó de forma efectiva al cargo el 30 de junio y releva en estas funciones a Joan Molins, que sigue como vicepresidente primero. Es el primer ejecutivo que no forma parte de la familia, cuyos casi 200 miembros controlan el capital de la cementera. No todos son accionistas, pero sí que están emparentados con el fundador, Joaquim Molins Figueras, que creó el grupo en 1928. Uno de sus hijos, Casimir, es hoy el patriarca de la firma, en la que conviven hijos (Molins López-Rodó) y sobrinos suyos (Molins Amat o Molins Gil).

Julio Rodríguez, que llegó a gestionar la multinacional francesa Schneider Electric a escala global, toma las riendas tras decidir abandonar la firma en la que estuvo más de 30 años. «Por motivos personales necesitaba reducir las ausencias. Pasaba el 80% del tiempo fuera de España. Ahora afronto un reto nuevo y motivador», explica este alto ejecutivo de 53 años. Uno de sus objetivos es mantener los planes de crecimiento, así como una apuesta por la sostenibilidad.

De hecho, hace un mes que la empresa se ha convertido en la primera industria autorizada a quemar neumáticos para su proceso productivo. Con este nuevo combustible y otros alcanzarán el 40% permitido de sustitución de los tradicionales como el coque de petróleo. En la actualidad llegan al 34% frente al 18% del sector.

Cementos Molins, que ha logrado capear la crisis gracias a su internacionalización, encara una nueva etapa. Tras invertir en unas nuevas instalaciones en el 2007 y reforzar su presencia exterior, logró cerrar el año pasado como primer ejercicio con resultado de explotación positivo en su negocio español desde que estalló la crisis y que ha dejado el consumo de cemento en el país al nivel de los años 60 del siglo pasado.

La compañía prevé que este 2015 marcará uno de los ejercicios con una cifra consolidada más elevada de inversión (127 millones de euros) desde que estalló la crisis, centrada principalmente en sus participadas y filiales en México, Bolivia y Argentina, según el director general de operaciones, Salvador Fernández. Será más del triple que los 36 millones el 2013.

Molins sostuvo que «crecer, invertir y correr riesgos es la única vía de sobrevivir». Tanto él como el nuevo consejero delegado tienen claro que el futuro «vendrá por el extranjero»Rodríguezincluso tiene «muchas ideas» sobre la necesidad de entrar en nuevos mercados. De ahí la necesidad de seguir «corriendo riesgos» y apostando por países como Bolivia Argentina, país este último en el que hace unos años que no pueden repatriar beneficios pero que este año alcanzan unas ventas récord.